Todos los días se proclama de una u otra forma en muchas de las radios o televisiones llamadas «cristianas» un nuevo evangelio: el evangelio de la prosperidad. No sólo en estos medios, también en diversas congregaciones evangélicas y protestantes. Este evangelio enseña que Dios desea cumplir todos nuestros deseos de salud, riquezas y felicidad; solo hay que tener la fe suficiente. Los predicadores de la prosperidad promocionan sus opulentos estilos de vida como prueba de su mensaje: Dios quiere que sus hijos lo tengan todo.

Y el mensaje va calando, ya que hay sondeos que dicen que el 46% de aquellos que dicen ser cristianos evangélicos en América creen que Dios los haría ricos si tuvieran suficiente fe.

Y es que las iglesias evangélicas (especialmente en América) están llenas de personas que, a veces sin saberlo, ven, leen o escuchan con frecuencia a los maestros del evangelio de la prosperidad. Este es el escenario común: el predicador, muy refinado, amigable y motivador, pide dinero para apoyar a su ministerio; a cambio, él promete la oración a favor de los donantes, así como una bendición financiera de parte de Dios. A continuación, los espectadores envían dinero porque aprecian la enseñanza positiva y porque les vendría bien un poco más de dinero para pagar sus cuentas.

Sin embargo, cuando no se produce un aumento de ingresos en el donante, los consumidores del mensaje de la prosperidad, a menudo, se critican a sí mismos, porque piensan que la falla está en su propia falta de fe o, se decepcionan y se enojan con Dios. Sin duda este escenario se repite con frecuencia, puesto que como hemos dicho un número significativo de cristianos se ven influidos por el evangelio de la prosperidad.

La Biblia tiene mucho que decir acerca de la riqueza y las posesiones, pero esas enseñanzas son habitualmente sacadas de su contexto y mal interpretadas bien por negligencia, bien por intereses personales.

2 Comentarios

  1. Gerardo Velázquez dice:

    Bueno, hay de enseñanzas a enseñanzas…definitivamente Dios quiere que prosperemos en todo (yo deseo que seas prosperado «en todo» así como prospera tu alma…9) y he conocido personalmente Iglesias en Centro América, donde tienen una excelente y balanceada doctrina acerca de la Fe, la siembra y la cosecha… y a todos Dios los bendice con abundancia (Indígenas, banqueros, empresarios, empleados, etc., con un amor fraternal entre ellos increíble) porque saben diezmar y ofrendar sin que se les «motivando» a hacerlo ya sea con temor o por interés… bueno sería primero conocer a fondo este tipo de congregaciones y después dar una opinión sin generalizar, porque si se generaliza sin ser puntual, se tendería a pensar que Dios no quiere bendecirnos…saludos.

  2. ezequiel García dice:

    quizá en la ID7d, no creemos en el evangelio de la prosperidad, pero si nos alejamos de Dios en busca de la prosperidad, así podemos ver que hoy dia las ID7d, está compuesta de adultos de mas de 60 años y mas, donde están los juvenes?, donde estan las juventudes de mas de 60 mienbros con los que crecí?, buscando la prosperidad; trabajando hasta altas horas de la noche,trabajando todos los dias de la semana incluso los domingos y dias fetivos,con el cel sonando a medio culto y atendiendo, o con la lap en el auto por si sucede algo en el trabajo, pero lo mas triste es que es una prosperidad aparente, donde las tarjetas de credito estan llenas de compras a 12 meses sin intereses(ajá), el credito de la casa y el credito de auto,lo peor es que nuestros padres nos lo inculcaron, nunca nos dijeron que el honor mas grande para un hijo de Dios era conocer su palabra,creer en Cristo,predicar el evangelio, ver a las viudas y los herfanos, no solo una carrera universitaria podia darnos la felicidad que nuestros padres no podian darnos.

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