Queridos amigos:

Nuestra nación y el planeta mismo convulsionan. El calentamiento global de la tierra con los desastres naturales que se derivan, la crisis económica mundial, y ahora, nuestra salud y la de las personas que amamos, se ven amenazadas. Incertidumbre, confusión, preocupación, y últimamente temor son los sentimientos que predominan en la sociedad. ¿Influenza porcina (o humana como la han denominado recientemente) artimaña política del gobierno? No me atrevería aseverarlo. Sin embargo, verdad o mentira, este evento ha detenido nuestro acelerado ritmo de vida. Las familias permanecen en sus casas, las calles se ven vacías. Panorama poco visto en las últimas décadas. Es crucial hacer un alto en nuestras vidas y reflexionar, tomando las acciones pertinentes, aceptando nuestros errores que quizá, en cierta medida, han contribuido para que este dramático escenario sea una realidad.

Reflexionemos en el amor de Dios. La Biblia dice que “el Dios de toda consolación” nos fortalece y acompaña en nuestras tribulaciones (2 Corintios 1:3-7). El Dios creador de todo lo que vemos camina a nuestro lado y nos da vitalidad. En su amor sostiene y protege nuestras vidas por gracia. Si, por gracia, ya que no es por lo que hagamos o dejemos de hacer, sino por su amor. El libro de Lamentaciones dice que: “El gran amor del Señor nunca se acaba, y su compasión jamás se agota. CADA MAÑANA SE RENUEVAN SUS BONDADES; ¡muy grande es su fidelidad! (Lamentaciones 3: 22 y 23 NVI, énfasis del autor). Ante la convulsión de nuestra nación y planeta pudiéramos preguntar: ¿Dónde está Dios? A lo que esta porción bíblica responde: “a tu lado en cada amanecer, Él es fiel, y su amor te sostiene cada día”. Nada hará que su misericordia termine. Por más obscuro que se torne el panorama, por más eventos devastadores que sucedan, el amor de Dios para con nosotros permanece en todo tiempo. Él tiene el control, la última palabra.

Es vital reflexionar también a cerca de nuestras vidas y acciones. La crisis mundial que ahora vivimos tiene tres vertientes: el planeta, la economía y salud ¿Podemos hacer algo al respecto? Ambientalmente, cuidemos el planeta, es nuestra casa y la de nuestros hijos y nietos, evitemos contaminar, adoptemos y promovamos actividades ecológicas. Económicamente, podemos hacer un presupuesto mensual o quincenal de nuestros gastos, además de compartir con quien menos tiene, pero sobre todo, poner en primer lugar nuestra familia, esposa (o) e hijos, dedicarles el tiempo de calidad que ellos merecen de nuestra parte, y que quizá el mucho trabajo nos lo ha robado. Cuidemos también nuestro cuerpo, adoptar una dieta balanceada y ejercitarnos periódicamente se traducirá en una salud excelente y en una resistencia mayor a cualquier enfermedad. Por último y sobre todo, rendir nuestras vidas a Dios. Él esta con los brazos abiertos dispuesto a caminar a nuestro lado todos los días y mostrarnos en todo momento su amor inagotable. De hecho el Señor camina con cada persona, solo que al abrirle el corazón, su presencia es más papable, somos más sensibles a ella.

En Cristo que nos sostiene y protege,
Min. Joel. J. Pachuca Rosales
Distrito 9

1 Comentario

  1. MIRIAM JIMENEZ dice:

    ME PARECIO EXELENTE
    ESTE MENSAJE
    EL SEÑOR LES BENDIGA!!!
    Y GRACIAS POR DARNOS POR
    ESTOS MEDIOS «PALABRAS DE CONSUELO» Y
    ANIMOS!!!!

Ingresa aquí tus comentarios