El pan y otros productos fermentados con levadura desaparecieron hoy de tiendas y escaparates de Israel (excepto en las ciudades de mayoría árabe) por una estricta prescripción religiosa judía que prohíbe consumir e incluso ver estos productos durante la Pascua.

La mayoría de israelíes no consumirán durante los próximos días ningún alimento que contenga trigo, avena, cebada, centeno o espelta (escanda) fermentados con levadura, con el fin de recordar el episodio bíblico del Éxodo en el que, liderados por Moisés, escaparon del yugo egipcio hace 3.500 años a toda prisa y sin tiempo para cocer sus panes.

La tradición judía entiende como «leudante» la mezcla de agua durante más de dieciocho minutos con alguno de esos cinco cereales.

Los más tradicionalistas entre los judíos Ashkenazies (originarios de Europa central y oriental) rechazarán también consumir otros alimentos que leudan, denominados «kitniot», como el arroz, el mijo, el maíz y legumbres como las lentejas y las judías.

Durante la próxima semana y hasta que finalice la Pascua, en restaurantes y hogares se consumirá solo pan ázimo, llamado en hebreo «matzá», una masa crujiente que se prepara sólo con harina y agua y se introduce en el horno inmediatamente después de mezclarse.

«Y guardaréis la fiesta de los panes ázimos. Por siete días no se hallará levadura en vuestras casas; porque cualquiera que comiere leudado, sea extranjero o natural del país, será borrado de la congregación de Israel», ordena el segundo libro de la Torá (Pentateuco).

Hoy, a primera hora de la mañana, en muchos barrios de Jerusalén y otras ciudades del país se han celebrado las tradicionales hogueras donde los más religiosos queman los últimos restos de pan, que tampoco podrán ver, oler ni tocar en los próximos días.

En los hogares más religiosos, esta semana ha tenido lugar una escrupulosa limpieza para acabar con cualquier miga que pudiera existir y, los que no tienen una vajilla y cubertería especial para usar durante la Pascua, deben esterilizar esos utensilios para poder emplearlos en este periodo.

La mayoría de panaderías cerrará durante una semana y las empresas y organismos que tienen pan y cereales en sus despensas realizan una venta simbólica de los mismos a un no judío (habitualmente, un musulmán o cristiano), porque también es pecado el hecho de ser poseedor del proscrito producto.

Además de los religiosos, gran parte de los israelíes judíos seculares cumple con esta tradición, que lleva a los extranjeros y a los no observantes a comprar o ir a comer a las zonas árabes o a acumular pan en sus congeladores antes de que éste prácticamente desaparezca del país. EFE

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