Integrantes de la resistencia civil se manifestaron ayer afuera de la Catedral Metropolitana contra el cardenal Norberto Rivera Carrera por la intromisión del clero en la vida política nacional Foto: Marco Peláez

LaJornada. Edición del 16 de julio de 2007.

La Iglesia no propondrá reformas al Congreso; lo hará «la sociedad civil»

«¡Viva Juárez!, ¡Fuera la Iglesia de la política!», exponen manifestantes ante Catedral

MATILDE PEREZ U.

La Arquidiócesis de México no tiene considerado presentar ante las cámaras de Diputados y de Senadores ninguna iniciativa de reforma de ley para modificar el actual marco jurídico que rige las asociaciones religiosas y que tenga que ver con la enseñanza religiosa en las escuelas públicas, la posesión de los medios de información y menos con el financiamiento a las iglesias vía impuestos, como se hace en algunos países desarrollados, sostuvo el vocero del Episcopado, Hugo Valdemar Romero.

Aclaró que el cardenal Norberto Rivera Carrera se pronunció por ampliar el concepto de libertad religiosa y que se respeten los derechos y libertades de culto, pero la Iglesia no tiene interés en asociarse políticamente. Puntualizó que la propuesta de modificación a la ley es del Colegio de Abogados Católicos, «es una iniciativa de la sociedad civil y no de la jerarquía católica, aunque ha recibido el beneplácito de la Conferencia del Episcopado Mexicano y de varias asociaciones religiosas más».

Separación Iglesia-Estado

A una semana de que Valdemar Romero declaró a La Jornada que en la agenda religiosa estaban las nuevas reformas en materia eclesial y que se estaba trabajando en el tema de la libertad religiosa con el senador Federico Döring, del Partido Acción Nacional (PAN), para hacer coherente la Constitución, ayer dijo que «la Arquidiócesis de México tiene clara la conveniencia de la separación de la Iglesia y el Estado y que al emitir sus opiniones y críticas al actual marco jurídico que rige a las asociaciones religiosas no pretende debilitar al Estado laico y menos instaurar un Estado confesional; lo único que pide es una auténtica libertad religiosa que salvaguarde los derechos humanos de los ministros de culto, que en México aún no son reconocidos en su totalidad».

La preocupación del cardenal Rivera Carrera, destacó, es porque en la ley aún no se reconocen plenamente los derechos humanos de los ministros de culto y por eso manifestó «que es imprescindible ampliar el concepto de libertad religiosa si queremos que México vaya creciendo en su itinerario democrático, y por eso hace falta una legislación religiosa que se adecue a la Carta Magna».

«Ciudadanos de segunda»

Al dar lectura al comunicado de 10 puntos, el vocero del Episcopado apuntó que la propuesta de reformas al citado marco jurídico es porque se trata de respetar los derechos y libertades de los ministros de culto «que hasta la fecha siguen siendo considerados ciudadanos de segunda, lo cual viola sus derechos y los hace víctimas de una incomprensible discriminación religiosa».

En el comunicado, el cardenal Rivera Carrera considera que la limitación que tienen los ministros de culto en cuanto a criticar las leyes y a los partidos políticos es «una restricción inconcebible en una verdadera sociedad democrática. La libertad de expresión y de reunión o asociación es una garantía que brinda la Constitución a todos los mexicanos, y prohibir este derecho a un ministro de culto, por el solo hecho de serlo, constituye una clara discriminación por motivos religiosos».

Sostiene que el derecho de los citados ministros a ser votados no se puede negar a ningún ciudadano y «no hay razón para que se prive de éste a un ministro de culto, pero la Iglesia católica no tiene interés alguno en llevar a la práctica este derecho por no convenir a la Iglesia ni a la sociedad; además, la ley canónica prohíbe estrictamente a todos los sacerdotes postularse para puestos de elección».

Si bien la Arquidiócesis de México no tiene en su agenda presentar al Congreso de la Unión ninguna reforma a la Constitución -hace una semana su representante legal, Armando Hernández, afirmó que en breve se presentaría el paquete de reformas que consideraba modificaciones a los artículos tercero, 24 y 130, entre otros-, ni en asociarse políticamente, ayer destacó, mediante el comunicado dado a conocer por el vocero Valdemar, que su «misión no puede supeditarse al interior de los templos y a la práctica del culto; los fieles cristianos están en este mundo y sus pastores no pueden desatenderse de sus problemas concretos y tienen la obligación de orientar a los fieles en todo aquello que afecta sus vidas, y la dimensión política es un aspecto importante que pide ser iluminada por el Evangelio».

«Misión profética»

De las críticas a algún partido político -en el comunicado no precisó que han sido dirigidas al Partido de la Revolución Democrática por su postura frente al aborto y la eutanasia- el Episcopado apuntó que cuando «emerge es porque sus principios o plataformas electorales atentan contra los valores cristianos y ponen en peligro la salud espiritual de los fieles laicos. No se trata de una intromisión política, sino de una misión profética que es inherente a la misión pastoral de la Iglesia».

Ayer, mientras el cardenal Norberto Rivera Carrera presidía la misa, afuera de la Catedral Metropolitana cerca de veinte personas se pronunciaron contra la propuesta de modificar la Constitución para, dijeron, favorecer la educación religiosa en las escuelas públicas y que la Iglesia se inmiscuya en la vida política nacional. «¡Viva Juárez!, ¡Fuera la Iglesia de la política!, ¡Por un Estado laico!», apuntaron en carteles.

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