Editorial de la Agencia Latinoamericana de Noticias

EL CRECIMIENTO DE LA XENOFOBIA Y LA FALTA DE MEMORIA NO AUGURAN BUENOS TIEMPOS

Claudia Florentin, editora de ALCnoticias.org

BUENOS AIRES, 23 de octubre (ALC).- Leo que un joven fue detenido en Barcelona acusado de agredir con insultos racistas a una menor de edad, de nacionalidad colombiana (aunque en un principio se dijo que era ecuatoriana), cuando ésta viajaba a bordo del metro. También leo que con la xenofobia como bandera ganó en Suiza el nacionalista Blocher.

Según el video del metro, que puede verse on line, el joven agresor comenzó a insultar a la joven que estaba enfrente de él y darle golpes en la cabeza y el pecho, momentos antes de arribar a la estación. La niña no atinó a defenderse y el agresor siguió insultándola y gritándole al oído varias veces que se fuera a su país. Los golpes crecieron en agresividad hasta que el tren se detuvo y el agresor se bajó mientras continuaba profiriendo insultos de contenido racista.

Las autoridades informaron que el presunto agresor, identificado como Sergi Xavier M. M., de 21 años y vecino de la localidad barcelonesa de Santa Coloma de Cervelló, fue detenido por la Guardia Civil el pasado día 19 a la entrada de su domicilio. Tenía antecedentes penales.

La agresión tuvo lugar el día 7 de octubre en el trayecto de Plaza España a Martorell, poco antes de llegar a la estación de Colonia Güell. En la cinta de seguridad del tren se aprecia la falta de acción de los demás pasajeros del vagón. Nadie mira la agresión, todos siguen en su mundo. ¿Qué significa el silencio y la pasividad? ¿Temor, conformismo, adhesión a la violencia?

Mientras tanto, en Suiza, el partido populista UDC, del controvertido ministro de la Policía Christoph Blocher, ganó las elecciones federales del domingo pasado con un 29 por ciento de los votos, la mayor proporción jamás obtenida por un partido en el país alpino.

Justamente la UDC basó su campaña electoral en agitar el fantasma de la inseguridad y la criminalidad por la presencia de extranjeros. En el 2003 también fue el partido más votado con el 26.7 por ciento, lo que quiere decir que ha crecido en la preferencia del electorado. Obtiene ahora 62 de los 200 escaños de la cámara baja.

La campaña de Blocher fue agresiva y racista, con un famoso cartel de tres ovejas blancas expulsando de Suiza a un congénere negro. La imagen muestra a tres ovejas blancas «creando seguridad», según reza el título. Dos de ellas miran cómo la tercera, todas ellas sobre la bandera de Suiza, expulsa de un golpe a una oveja negra, que cae fuera de la bandera rojiblanca.

Con el mensaje de la inseguridad mayormente en manos de extranjeros y la afirmación de que ellos son culpables del 85 por ciento de las violaciones, por ejemplo, su política caló hondo en su base electoral natural, el medio rural y la Suiza alemana, pero también en la Suiza francófona. La pagina web de la UDC da estadísticas de delitos cometidos por extranjeros y reza «si ellos no respetan la ley, abusan de nuestra hospitalidad y amenazan nuestras propiedades, integridad y vida….con esta iniciativa podremos preservar la seguridad de nuestros niños, mujeres y hombre.»

Como contrapeso a la irresistible ascensión del racismo en Suiza, un negro logró el primer escaño de la historia en el país alpino. Se trata del angoleño Ricardo Luengo, que llegó en 1980 como asilado político. Algo es algo, pero seguro no alcanza. La xenofobia en manos de un estado es un árbol de raíces profundas y ramas largas.

La xenofobia siempre ha tenido brotes personales, pero la criminalización del otro por su condición de diferente y ese mensaje en manos del Estado, es un fenómeno en ascenso en el viejo continente. Más allá de los índices de criminalidad que puede mostrar un partido, la condición intolerante del ser humano no sabe distinguir y coloca a todos los extranjeros en la «oveja negra». Los latinoamericanos sabemos que es hospitalidad, y también que abusen de ella; supimos, y seguimos haciéndolo, abrir las puertas a masas de europeos que llegaron buscando mejores horizontes.

Muchos de quienes vinieron no fueron lo mejor que pudo suceder a nuestro continente pero jamás les dimos golpes para que partieran. Tal vez esa historia no se cuente en Europa, es probable que ni se recuerde, ya que quienes vinieron de allí en la mayoría de los casos eran los pobres, los perseguidos, los campesinos. Alemanes, españoles, italianos, húngaros, suizos, valdenses, judíos, gitanos; millones de europeos siendo los «otros» en el nuevo mundo, con sus errores, trabajos y aciertos; con sus enfermedades, religiones y costumbres.

¿Recuerda Europa a estos hijos suyos expulsados también por ser diferentes? Europa ha sido expulsiva históricamente, por diversas razones. Y cuando ha recibido, lo ha hecho por necesidad pero no con amor.

Europa tiene una memoria histórica social fraccionada y la falta de memoria siempre es causa de identidades confusas, pasados incomprensibles y futuros conflictivos.

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