Septiembre 16, 2023

12. SAGACES

Mateo 15:21-28; Lucas 16:1-8

ÉNFASIS DE LA LECCIÓN

Sagaz vs. simple

Y alabó el amo al mayordomo malo por haber hecho sagazmente; porque los hijos de este siglo son más sagaces en el trato con sus semejantes que los hijos de luz (Lucas 16:8).

OBJETIVO

Establecer el principio de que toda decisión sabia exige aplicar sagacidad.

NARRACIÓN

En hebreo, la palabra que se traduce como sagacidad es arám. Una de los propósitos que señala el libro de Proverbios es el de dar sagacidad (astucia) a los simples (Pr 1:4). La sagacidad se entiende como la capacidad de actuar de manera ingeniosa y perspicaz, complementa la sabiduría al proporcionarnos las herramientas necesarias para enfrentar los desafíos de manera estratégica y eficiente.

La sagacidad en algún sentido está relacionada con ser avisado. Pero la diferencia sustancial está en la dirección en la que se mueven las acciones; mientras que el avisado es cauteloso en su propio cuidado, la sagacidad es proactiva. Pensemos, por ejemplo, en un partido de ajedrez: ser avisado es la habilidad para cuidar la retaguardia y estar a la defensiva, mientras que la sagacidad es la habilidad de ser estratégico para estar al «ataque»; en el frente de la competencia.

Si la sabiduría es la habilidad para construir una vida buena, exitosa y feliz, se requiere de gran sagacidad o astucia.

Lo opuesto a la persona sagaz es el simple (Proverbios 1:4); en hebreo es pátháh, que significa, espacioso, amplio, abundante; se utiliza en un sentido moral para hablar de quien es «abierto». Simple no debe confundirse con sencillo. El simple es la persona que se asume como «de mente abierta o expandida», tolerante, permisivo; es la persona que se presenta como abanderada del progreso y la novedad. Su simpleza lo hace crédulo de todo lo que se le presente (Pr 14:15); pues precisamente es falto de criterio, se presenta como gran intelectual, pero pocas veces razona, analiza y discierne, todo lo recibe solo por ser novedoso. El simple anda con las ideas de moda, cambia según la corriente en boga, no profundiza, no se arraiga, no sabe cuando está en peligro y cuando tiene oportunidades. Por ello, el simple constantemente es víctima de engañadores, de timadores, de seductores y de daño (Proverbios 9:13; 14:18; 22:3; 27:12; Isaías 32:7).

ANÁLISIS

I. Los beneficios de la astucia:

1. La sagacidad nos permite utilizar nuestra inteligencia y habilidades para encontrar soluciones creativas, sortear obstáculos y maximizar nuestras oportunidades.

2. Además, la sagacidad nos permite aprovechar las oportunidades que se presentan en nuestra vida. Nos ayuda a reconocer y capitalizar momentos propicios, a tomar riesgos calculados y a actuar con determinación cuando es necesario. La astucia nos permite evaluar las situaciones y tomar decisiones estratégicas, considerando tanto los beneficios inmediatos como las implicaciones a largo plazo. Al aplicar astucia en nuestras elecciones, podemos maximizar nuestras oportunidades y avanzar hacia nuestros objetivos.

3. Asimismo, la sagacidad desempeña un papel fundamental en nuestras relaciones interpersonales. Nos permite navegar por las complejidades de las interacciones humanas, entender las motivaciones y las intenciones de los demás, y responder de manera apropiada. La astucia nos ayuda a establecer conexiones significativas, a negociar de manera justa y a resolver conflictos de forma constructiva. Nos permite discernir entre la confianza y la deshonestidad, y actuar con prudencia en nuestras relaciones personales y profesionales. Comente.

II. Sean astutos como serpientes (Mateo 10:16, NVI)

Considere las siguientes pautas para desarrollar sagacidad:

1. Desarrolle habilidades de resolución de problemas. La astucia se manifiesta en nuestra capacidad para resolver problemas de manera eficiente y efectiva. Fortalecer nuestras habilidades de resolución de problemas implica ser capaces de analizar situaciones, identificar los desafíos y buscar soluciones viables. Practicar el pensamiento crítico, la toma de decisiones informadas y la búsqueda de alternativas nos ayuda a desarrollar esta habilidad y a utilizarla de manera astuta en diferentes aspectos de nuestra vida. Lea Lucas 16:1-8. ¿Cómo resolvió su problema el mayordomo? ¿Le parece que fue astuto? Comente lo que dijo Jesús acerca de este hombre en el verso 8.

2. Aprenda y aplique el pensamiento estratégico. La astucia se nutre del pensamiento estratégico, es decir, la capacidad de planificar y ejecutar acciones de manera deliberada y calculada. Esto implica evaluar diferentes escenarios, anticipar posibles obstáculos y diseñar estrategias para alcanzar nuestros objetivos. Al practicar el pensamiento estratégico, podemos identificar los pasos necesarios para lograr nuestras metas, maximizar nuestras oportunidades y superar los desafíos con astucia y eficacia. En el ejemplo del mayordomo: ¿Cómo fue su plan? ¿Cuáles eran los pasos? ¿Qué efectos buscaba obtener?

3. Cultive la flexibilidad y la adaptabilidad. La astucia implica ser flexible y adaptarse a los cambios y circunstancias variables de la vida. Desarrollar la capacidad de ajustarse a nuevas situaciones, ser resilientes frente a los obstáculos y encontrar oportunidades en medio de los desafíos nos permite aprovechar al máximo las circunstancias y construir una vida exitosa. La flexibilidad mental y emocional nos ayuda a ser más ágiles en la toma de decisiones y nos permite encontrar soluciones astutas ante los cambios inesperados. Analice el diálogo de Jesús con la mujer cananea de Mateo 15:21-28. ¿Cómo respondió la mujer ante la respuesta «inesperada» de Jesús? ¿Cómo respondió intelectualmente? ¿Cómo respondió emocionalmente? ¿Cómo respondió Jesús?

CONCLUSIÓN

La construcción de una vida buena, feliz y exitosa requiere de la combinación de sabiduría y sagacidad. La sabiduría nos proporciona los fundamentos y los principios para tomar decisiones informadas y éticas, mientras que la astucia nos capacita para actuar de manera ingeniosa y estratégica en la implementación de esa sabiduría. Al desarrollar y aplicar astucia en nuestras vidas, podemos enfrentar desafíos, aprovechar oportunidades y cultivar relaciones sólidas.