LaJornada. Edición del 18 de julio de 2007.
Cada miércoles acuden a capacitación con un cura en Casa Jalisco; es algo personal, alegan
Participan al menos 12 colaboradores; eluden dar nombres y decir quién paga la instrucción
Guadalajara, Jal., 18 de julio. Todos los miércoles por la tarde, la residencia oficial del gobernador, Casa Jalisco, es la sede de un curso de capacitación para unos 12 altos funcionarios y sus esposas.
El sacerdote Jesús García, director del Instituto Bíblico Católico del arzobispado de Guadalajara, dirige estudios Biblia en mano y a petición expresa del propio mandatario, Emilio González Márquez, quien invitó a participar a sus subalternos más cercanos ideológicamente, para lograr con esta suerte de catequización intensiva una visión que luego puedan aplicar en su encomienda como funcionarios públicos.
Este miércoles, Fernando Guzmán Pérez Peláez y Miguel Angel Martínez Espinosa, quienes encabezan las secretarías General de Gobierno y de Educación, respectivamente, reconocieron que acuden a la »capacitación» católica pero, aseguraron, lo hacen en ejercicio de su libertad ciudadana para profesar el culto religioso que prefieran. No quisieron abundar más, en particular sobre el hecho de que el curso religioso se imparte en Casa Jalisco, un inmueble propiedad pública, y tampoco acerca del origen de los recursos para pagar a los instructores.
»(Este acto) se cohíbe, se inhibe o se encadena la libertad de creer o no creer, de profesar o no cualquier fe; está en el ámbito de la libertad de las personas y en el ámbito íntimo y personal. No tengo más comentario al respecto», eludió Guzmán Pérez Peláez.
Martínez Espinosa tampoco quiso abundar en el tema. Negó que se tratara de una evangelización y lo restringió a »asuntos de formación que conciernen a la índole personal».
-¿No tiene que ver con lo religioso? -se le inquirió.
-Son asuntos de índole personal. No tienen nada que ver con lo público.
-Pero se está utilizando un espacio público, Casa Jalisco.
-Es la casa de un personaje que nos invita a ir.
El secretario de Educación se negó a proporcionar los nombres de otros funcionarios que acuden a los cursos, que constarán de 20 sesiones de dos horas cada semana. Dijo simplemente que son personajes afines a González Márquez, y que a ninguno se le forzó a presentarse, que acude quien así lo cree conveniente.
»Son cuando mucho 12 funcionarios», contestó parco, y aceptó que los participantes van acompañados de sus esposas.
Homilío González
La cercanía del gobernador de Jalisco con la Iglesia católica se remonta a los orígenes del propio mandatario.
Nacido en la zona de Los Altos, cuna de cristeros recientemente canonizados, bastión del catolicismo a ultranza en uno de los estados más católicos del país, Emilio González Márquez mostró desde muy joven que su fulgurante carrera política iría de la mano con su fe religiosa, al presidir el extinto Partido Demócrata Mexicano (PDM), donde el movimiento sinarquista participó en la política partidista entre 1979 y 1997, tiempo que ese instituto duró antes de perder su registro electoral.
González Márquez se volvió panista y de inmediato se le relacionó con El Yunque, la organización supuestamente infiltrada y con un creciente poder dentro del PAN, la cual, al igual que los sinarquistas, pregona la implantación del reino de Dios en la Tierra.
Sus habilidades como orador y activista lo llevaron pronto a ocupar, en cuanto el PAN llegó al poder en Jalisco, el cargo de regidor en el ayuntamiento de Guadalajara a partir de 1994, durante la alcaldía de César Coll Carabias, edil a quien se recuerda por prohibir el uso de minifaldas a las empleadas municipales.
Después fue dirigente estatal panista, y más tarde se convirtió en candidato a presidente municipal de Guadalajara, posición a la que llegó en 2004.
De su gestión se recuerda la edición de un libro dirigido a alumnos de escuelas públicas de tercer grado, en el cual se hacía una clara apología de la Iglesia católica, y cuya edición causó polémica por el uso de recursos públicos para pagar los 80 mil ejemplares del tiraje.
Su cercanía con la alta jerarquía católica, en especial con el cardenal Juan Sandoval Iñiguez, también ha sido notoria.
Erario al servicio de la Iglesia
Infaltable invitado a los cumpleaños del prelado y a sus homilías especiales, González Márquez recontrató, ya en la gubernatura, a un abogado particular para que represente los intereses del gobierno estatal en demanda de esclarecer el asesinato del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, perpatrado en 1993 en el aeropuerto internacional de Guadalajara, supuestamente en una confusión durante una balacera entre narcotraficantes.
Cada mes el litigante José Antonio Ortega Sánchez recibe 50 mil pesos de honorarios y el gobernador justifica este gasto con el argumento de que el asesinato de Posadas Ocampo fue una herida a los jaliscienses.
Tampoco tuvo empacho en que se pagara recientemente al secretario de Gobierno, Guzmán Pérez Peláez, un viaje de una semana al Vaticano para que el funcionario pusiera a jerarcas católicos al tanto de los avances del caso Posadas. Al viaje, que costó poco más de 90 mil pesos, también acudió el abogado que encabeza las indagatorias.