Los Diez Mandamientos son la ley moral de Dios para la vida de la humanidad. Descubren las actitudes y conductas pecaminosas de todos los seres humanos. Son principiospara vivir la auténtica libertad y evitar el comportamientoque la pone en riesgo.En virtud del testimonio bíblico, reconocemossu vigencia. Su obediencia se realiza por amor a Dios y como respuesta a su Gracia.
Los diez mandamientos son principios eternos y universales que reflejan el carácter moral de Dios. Su propósito es posibilitar la vida de los seres humanos, estableciendo normas sobre el valor de la vida, del individuo, la propiedad, el honor, la justicia, los derechos del otro, lo santo, entre otros aspectos. La entrega del decálogo comienza con la afirmación de la liberación que Dios hace por su pueblo, posteriormente vienen las exigencias que sostendrán la nueva sociedad1.
1Éxodo 20:1-17; Deuteronomio 5:6-21; Salmo 19:7-11
Cuando Israel recibió los diez mandamientos ya Dios lo había hecho libre1, pero, debido a la servidumbre impuesta sobre él por varias generaciones, su comprensión todavía era la de un esclavo. Los diez mandamientos reorientaban su mente para que su conducta y valores no fueran los mismos que en Egipto. Debía estar consciente de que si tenía otro dios, sería esclavo otra vez; si no reposaba en sábado, también y así en cada mandamiento recibía una señal que le permitía no sólo ser libre sino vivir como libre. Podía saber hasta qué punto su libertad estaba segura y hasta qué punto se estaba comportando como si fuera otra vez esclavo.
1Éxodo 20:2
El principal error del esclavo es pensar que en libertad no hay límites, pues la auténtica libertad es aquella que tiene los límites adecuados, los que fija Dios. El creyente, que ya es libre1, por un pacto que se da en el corazón2, tiene mejor comprensión de los mandamientos de la libertad, debido a la revelación que hicieron el Señor Jesús3 y sus discípulos4. Comprensión que hace de la observancia una verdadera expresión de la libertad producto del amor a Dios5, del deseo de dar una respuesta digna de la gracia de Dios6 y que responsablemente obedezca a la fe en Jesús7.
1Romanos 8:21; 2 Corintios 3:17; Gálatas 5:1; Santiago 1:25; 2Jeremías 31:33; Mateo 26:28; 3Mateo 5:21-48; 4Romanos 13:8-9; 5Juan 14:15, 21; 6Hechos 13:43-44; Romanos 4:16; Colosenses 1:6-11; 72 Timoteo 2:19; Apocalipsis 12:17
Los Diez Mandamientos reflejan la santidad de Dios, marcan los límites permitidos en las relaciones personales y manifiestan la actitud que ha de mantener el hombre en su relación con Él. Asimismo descubre el pecado, revelando lo oscuro del corazón humano: sus ambiciones, celos, envidias, ira, su deseo desmedido de poder, la búsqueda de satisfacer el placer de manera distorcionada1.
1Salmo 19:7-11; Jeremías 17:9-10; Romanos 7:7-13
La gracia de Dios se ha manifestado al declarar su benevolencia para el ser humano en los Diez Mandamientos y en otras normas para la vida, reveladas en las Escrituras. Por tanto, el creyente observa el Decálogo como una respuesta a la amorosa gracia de Dios1.
11 Juan 4:19; Juan 14:15, 23; 1 Juan 5:2-3; Romanos 13:10
La gracia hace que el creyente siga el modelo de Jesús, y comparta el amor de Dios con los que están alejados de Él y con los necesitados, hace que el creyente permanezca fiel, pues los principios morales del Decálogo son del todo pertinentes a la problemática actual. El Decálogo ofrece la correcta comprensión de quién es Dios1, del gran valor que poseen las personas unas frente a otras, en justicia y equidad. Enseña a respetar el derecho humano, a evitar todo lo que trastorna y desvía al ser humano de su propósito esencial. La observancia del Decálogo es pertinente a la vida de creyentes y no creyentes, y habrá cambios muy significativos en las familias y en la sociedad cuando se apliquen las enseñanzas que ahí se vierten2.
1Romanos 7:12; 2Salmo 85:10; Isaías 32:17; 48:18
La frase “el fin de la ley es Cristo” no anula la vigencia de los Diez Mandamientos, pues la palabra “fin” tiene dos sentidos: término o consumación de algo y meta o propósito. Es en este último sentido que Pablo la utilizó: toda la ley de Dios tenía como meta o finalidad a Cristo1, en quien se manifestó plenamente la misericordia de Dios.
1Romanos 10:4; comparar con Lucas 24:47 y Juan 5:39
Los Diez Mandamientos son la ley moral de Dios para la vida de la humanidad. Descubren las actitudes y conductas pecaminosas de todos los seres humanos. Son principiospara vivir la auténtica libertad y evitar el comportamientoque la pone en riesgo.En virtud del testimonio bíblico, reconocemossu vigencia. Su obediencia se realiza por amor a Dios y como respuesta a su Gracia.
Los diez mandamientos son principios eternos y universales que reflejan el carácter moral de Dios. Su propósito es posibilitar la vida de los seres humanos, estableciendo normas sobre el valor de la vida, del individuo, la propiedad, el honor, la justicia, los derechos del otro, lo santo, entre otros aspectos. La entrega del decálogo comienza con la afirmación de la liberación que Dios hace por su pueblo, posteriormente vienen las exigencias que sostendrán la nueva sociedad1.
1Éxodo 20:1-17; Deuteronomio 5:6-21; Salmo 19:7-11
Cuando Israel recibió los diez mandamientos ya Dios lo había hecho libre1, pero, debido a la servidumbre impuesta sobre él por varias generaciones, su comprensión todavía era la de un esclavo. Los diez mandamientos reorientaban su mente para que su conducta y valores no fueran los mismos que en Egipto. Debía estar consciente de que si tenía otro dios, sería esclavo otra vez; si no reposaba en sábado, también y así en cada mandamiento recibía una señal que le permitía no sólo ser libre sino vivir como libre. Podía saber hasta qué punto su libertad estaba segura y hasta qué punto se estaba comportando como si fuera otra vez esclavo.
1Éxodo 20:2
El principal error del esclavo es pensar que en libertad no hay límites, pues la auténtica libertad es aquella que tiene los límites adecuados, los que fija Dios. El creyente, que ya es libre1, por un pacto que se da en el corazón2, tiene mejor comprensión de los mandamientos de la libertad, debido a la revelación que hicieron el Señor Jesús3 y sus discípulos4. Comprensión que hace de la observancia una verdadera expresión de la libertad producto del amor a Dios5, del deseo de dar una respuesta digna de la gracia de Dios6 y que responsablemente obedezca a la fe en Jesús7.
1Romanos 8:21; 2 Corintios 3:17; Gálatas 5:1; Santiago 1:25; 2Jeremías 31:33; Mateo 26:28; 3Mateo 5:21-48; 4Romanos 13:8-9; 5Juan 14:15, 21; 6Hechos 13:43-44; Romanos 4:16; Colosenses 1:6-11; 72 Timoteo 2:19; Apocalipsis 12:17
Los Diez Mandamientos reflejan la santidad de Dios, marcan los límites permitidos en las relaciones personales y manifiestan la actitud que ha de mantener el hombre en su relación con Él. Asimismo descubre el pecado, revelando lo oscuro del corazón humano: sus ambiciones, celos, envidias, ira, su deseo desmedido de poder, la búsqueda de satisfacer el placer de manera distorcionada1.
1Salmo 19:7-11; Jeremías 17:9-10; Romanos 7:7-13
La gracia de Dios se ha manifestado al declarar su benevolencia para el ser humano en los Diez Mandamientos y en otras normas para la vida, reveladas en las Escrituras. Por tanto, el creyente observa el Decálogo como una respuesta a la amorosa gracia de Dios1.
11 Juan 4:19; Juan 14:15, 23; 1 Juan 5:2-3; Romanos 13:10
La gracia hace que el creyente siga el modelo de Jesús, y comparta el amor de Dios con los que están alejados de Él y con los necesitados, hace que el creyente permanezca fiel, pues los principios morales del Decálogo son del todo pertinentes a la problemática actual. El Decálogo ofrece la correcta comprensión de quién es Dios1, del gran valor que poseen las personas unas frente a otras, en justicia y equidad. Enseña a respetar el derecho humano, a evitar todo lo que trastorna y desvía al ser humano de su propósito esencial. La observancia del Decálogo es pertinente a la vida de creyentes y no creyentes, y habrá cambios muy significativos en las familias y en la sociedad cuando se apliquen las enseñanzas que ahí se vierten2.
1Romanos 7:12; 2Salmo 85:10; Isaías 32:17; 48:18
La frase “el fin de la ley es Cristo” no anula la vigencia de los Diez Mandamientos, pues la palabra “fin” tiene dos sentidos: término o consumación de algo y meta o propósito. Es en este último sentido que Pablo la utilizó: toda la ley de Dios tenía como meta o finalidad a Cristo1, en quien se manifestó plenamente la misericordia de Dios.
1Romanos 10:4; comparar con Lucas 24:47 y Juan 5:39
Jesús no vino a abrogar, abolir, invalidar o cambiar la ley; vino a cumplirla sujetándose a ella1.
1Mateo 5:17-18; Gálatas 4:4
Primer Mandamiento: “No tendrás dioses ajenos delante de mí”1.
1Éxodo 20:3
Vigencia y observancia antes del Sinaí: “Entonces Jacob dijo á su familia y á todos los que con él estaban: Quitad los dioses ajenos que hay entre vosotros, y limpiaos, y mudad vuestros vestidos”1.
1Génesis 35:2
Vigencia y observancia en el Nuevo Testamento: “Entonces Jesús le dice: Vete, Satanás, que escrito está: Al Señor tu Dios adorarás y a él sólo servirás”1.
1Mateo 4:10
Segundo Mandamiento: “No te harás imagen, ni ninguna semejanza de cosa que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguasdebajo de la tierra: No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos, sobre los terceros y sobre los cuartos, a los que me aborrecen, y que hago misericordia en millares a los que me aman y guardan mis mandamientos”1.
1Éxodo 20:4-6
Vigencia y observancia antes del Sinaí: “Así dieron á Jacob todos los dioses ajenos que había en poder de ellos (Figuras y estatuillas, ídolos), y los zarcillos que estaban en sus orejas; y Jacob los escondió debajo de una encina, que estaba junto a Sichêm”1.
1Génesis 35:4
Vigencia y observancia en el Nuevo Testamento: “Siendo pues linaje de Dios, no hemos de estimar la divinidad ser semejante a oro, o a plata, o a piedra, escultura de artificio o de imaginación de hombres”1. “Hijitos, guardaos de los ídolos”2.
1Hechos 17:29; 21 Juan 5:21
Tercer Mandamiento: “No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano”1.
1Éxodo 20:7
Vigencia y observancia antes del Sinaí: “Y dijo Dios más a Moisés: Así dirás a los hijos de Israel: Jehová, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob, me ha enviado a vosotros. Este es mi nombre para siempre, este es mi memorial por todos los siglos”1.
1Éxodo 3:15
Vigencia y observancia en el Nuevo Testamento: “Todos los que están debajo del yugo de servidumbre, tengan a sus señores por dignos de toda honra, porque no sea blasfemado el hombre del Señor y la doctrina”1.
11 Timoteo 6:1
Cuarto Mandamiento: “Acordarte has del día de reposo, para santificarlo: Seis días trabajarás y harás toda tu obra; mas el séptimo día será reposo para Jehová tu Dios: no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas: porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, la mar y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día: por tanto Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó”1.
1Éxodo 20:8-11
Vigencia y observancia antes del Sinaí: “Y acabó Dios en el día séptimo su obra que hizo, y reposó el día séptimo de toda su obra que había hecho. Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda su obra que había Dios criado y hecho”1.
1Génesis 2:2-3
Vigencia y observancia en el Nuevo Testamento: “Y vino a Nazareth, donde había sido criado; y entró, conforme a su costumbre, el día del sábado en la sinagoga, y se levantó a leer”1. “Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios”2.
1Lucas 4:16; 2Hebreos 4:9
Quinto Mandamiento: “Honra a tu padre y a tu madre, porque tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da”1.
1Éxodo 20:12
Vigencia y observancia antes del Sinaí: “Y Cam, padre de Canaán, vio la desnudez de su padre, y díjole a sus dos hermanos a la parte de afuera. Y despertó Noé de su vino, y supo lo que había hecho con él su hijo el más joven: Y dijo: Maldito sea Canaán; siervo de siervos será a sus hermanos”1.
1Génesis 9:22, 24-25
Vigencia y observancia en el Nuevo Testamento: “Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa”1.
1Efesios 6:2
Sexto Mandamiento: “No matarás”1.
1Éxodo 20:13
Vigencia y observancia antes del Sinaí: “Y habló Caín a su hermanoAbel: y aconteció que estando ellos en el campo, Caín se levantó contra su hermano Abel, y le mató. Y dijo Caín a Jehová: Grande es mi iniquidad para ser perdonado”1.
1Génesis 4:8,13
Vigencia y observancia en el Nuevo Testamento: “Porque: No adulterarás; no matarás; no hurtarás; no dirás falso testimonio; no codiciarás; y si hay algún otro mandamiento, en esta sentencia se comprende sumariamente: Amarás a tu prójimo como a ti mismo”1.
1Romanos 13:9
Séptimo Mandamiento: “No cometerás adulterio”1.
1Éxodo 20:14
Vigencia y observancia antes del Sinaí: “Y aconteció después de esto, que la mujer de su señor puso sus ojos en José y dijo: Duerme conmigo. Y él no quiso y dijo a la mujer de su señor:… ¿cómo, pues, haría yo este grande mal y pecaría contra Dios?”1.
1Génesis 39:7-9
Vigencia y observancia en el Nuevo Testamento: “Honroso es en todos el matrimonio, y el lecho sin macilla; mas a los fornicarios y a los adúlteros juzgará Dios”1
1Hebreos 13:4
Octavo Mandamiento: “No hurtarás”1.
1Éxodo 20:15
Vigencia y observancia antes del Sinaí: “He aquí, el dinero que llevamos en la boca de nuestros costales, te lo venimos a traer desde la tierra de Canaán; ¿cómo, pues, habíamos de hurtar de casa de tu señor plata ni oro?”1.
1Génesis 44:8
Vigencia y observancia en el Nuevo Testamento: “El que hurtaba, no hurte más; antes trabaje, obrando con sus manos lo que es bueno, para que tenga de qué dar al que padeciere necesidad”1.
1Efesios 4:28
Noveno Mandamiento: “No hablarás contra tu prójimo falso testimonio”1.
1Éxodo 20:16
Vigencia y observancia antes del Sinaí: “¿No me dijo él: Mi hermana es: y ella también dijo: Es mi hermano? Con sencillez de corazón, y con limpieza en mis manos he hecho esto. Después llamó Abimelech a Abraham, y le dijo: ¿Qué nos has hecho? ¿y en qué pequé yo contra ti, que has traído sobre mí y sobre mi reino tan grande pecado? Lo que no debiste hacer has hecho conmigo”1.
1Génesis 20:5,9
Vigencia y observancia en el Nuevo Testamento: “Por lo cual, dejada la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros”1.
1Efesios 4:25
Décimo Mandamiento: “No codiciarás la casa de tu prójimo; no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo”1.
1Éxodo 20:17
Vigencia y observancia antes del Sinaí: “Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella”1.
1Génesis 3:6
Vigencia y observancia en el Nuevo Testamento: “¿Qué pues diremos? ¿La ley es pecado? En ninguna manera. Empero yo no conocí el pecado sino por la ley: porque tampoco conociera la concupiscencia, si la ley no dijera: no codiciarás”1.
1Romanos 7:7