Dios eligió a Israel como su pueblo para mostrar sus planes de redención para el mundo, lo hizo objeto especial de su amor y le manifestó su poder, preservando su existencia y convirtiéndolo en instrumento de bendición para las demás naciones. Sin embargo, por su rebeldía, Dios permitió su dispersión entre las naciones. El reconocimiento oficial del Estado de Israel en 1948, confirma el designio de Dios a favor de su restauración. La restauración de Israel, tanto en los tiempos bíblicos como en los actuales, es paradigma de la del creyente.
Dios, en su soberanía eligió a un pueblo pequeño, vulnerable y débil, para mostrar su misericordia y poder. Lo hizo crecer y lo sustentó a fin de constituirlo en evidencia de su benevolencia para todas las naciones1.
1Génesis 12:1-3, Deuteronomio 7:6-9, Gálatas 3:8
Dios hizo un pacto con Israel con el compromiso de bendecirlos, preservarlos y darles prosperidad en todo tiempo, brindándoles su protección y defensa ante las diferentes amenazas a las que estuvieran expuestos. Su promesa consistía en un estado de completo bienestar* en medio de cualquier circunstancia1.
1Génesis 17:7; Deuteronomio 26:9; Isaías 41:10-20; *En hebreo Shalom=paz
Por su parte, Israel se comprometió a obedecer el pacto; sin embargo, no siempre se mantuvo fiel. Practicó idolatría, divinizó elementos de la creación y pervirtió su comprensión del carácter santo de Dios, incurrieron en injusticias contra su prójimo. Por esto Dios, permitió para su corrección, que fueran llevados al exilio en el siglo VII1 a. C. y después a la dispersión en el primer siglo de nuestra era.
1Éxodo 19:8; Deuteronomio 28:64; Ezequiel 5:7-17; Oseas 9:17; Amós 2:6-8; 5:26-27; 7:17
Dios ha cumplido su Palabra, se ha mantenido fiel a pesar de la rebeldía de Israel. En su gracia ha restaurado el hogar de sus padres, retornándolos a la tierra de la promesa1.
1Isaías 12:1-6; Isaías 43:5-7; Jeremías 29:10-11; Oseas 11:1-11
El retorno del Israel disperso, comenzó a al inicio del siglo XX y se consolido en 1948 por la intervención bondadosa de Dios. Este suceso fue predicado con anticipación por parte de nuestra iglesia. El retorno de Israel es un ejemplo para los creyentes de la manera que Dios ama y de cómo, por su gracia, restaura a los suyos a una vida plena en Él, manteniendo sus promesas a pesar de la infidelidad y los errores humanos1.
1Lucas 15:10-32, Romanos 2:4; 8:31-39, 1 Timoteo 1:16; 1 Pedro 1:2