Min. Juan Sánchez G.
Nos asombra que nosotros que hemos sido redimidos, no con oro ni con plata pero con la preciosa sangre de Cristo, no de una esclavitud como la de Israel en Egipto, de un cautiverio peor que el del pueblo judío en Babilonia, necesitemos siempre de algo que nos haga recordar nuestra redención. ¡Pero así es!.
Conociendo nuestra debilidad y la ingratitud de nuestros corazones, el Señor hizo provisión para ayudarnos a recordarle. Él, que amaba a los suyos, no sólo a los doce, sino también a los que habíamos de creer por la palabra de ellos, en la noche que fue entregado antes de ser crucificado, instituyo la CENA DEL SEÑOR, diciendo: “HACED ESTO EN MEMORIA DE MÍ” (Luc. 22:19). Ordenanza que muchos años después, el Apóstol Pablo volvió a recordar a la Iglesia de Corinto, como un mandato del Señor Jesús, (1ª. Co. 11.24-25).
Desde su institución como un mandato dado por Jesús mismo, los cristianos a través de los siglos lo han obedecido, no importando los tiempos buenos o malos de su peregrinación, tras puertas cerradas, de casa en casa, en catacumbas, templos, grandes catedrales, pequeñas chozas. En toda lengua y nación.
Es importante que antes de realizar este acto de fe tan solemne, analicemos por un instante algunos puntos importantes.
La comunión de la Cena tiene dos señales importantes:
El sacramento contiene elementos materiales, como el pan y el vino que unidos al rito sagrado hace la señal visible.
Son elementos espirituales que no se pueden ver, porque se producen en el corazón, mediante el Espíritu Santo, por la gracia que fortalece la vida del creyente.
Para poder comprender mejor estos símbolos o señales visibles e invisibles. Trataremos de buscar en las analogías que nuestros sacramentos tienen en los sacramentos del antiguo Testamento.
Es mejor que los matsot* que deben comerse en las 2 noches de Séder de Pésaj sean Shemarot (que el trigo no haya tenido contacto con agua desde la cosecha).
La Matzá en Pésaj tiene muchas cosas para decirnos. Nos debe recordar las penurias que nuestros antepasados espirituales sufrieron como esclavos, porque la Matzá no contiene ninguno de los sabrosos ingredientes que ponemos en nuestro pan o torta, todo lo que tiene es harina y agua. Otra razón por la que nos recuerda la esclavitud es que a los esclavos judíos en Egipto les dieron tan poco tiempo para preparar la comida que no hubo tiempo para que la masa se elevara. Tuvieron que prepararla y hornearla tan rápido que se transformó en Matzá sin levadura. Tampoco pudieron conseguir los ingredientes para un sabroso pan o torta. La Matzá es lo más fácil de hacer, todo lo que se necesita es harina, agua y fuego. Es por eso que fue el alimento de los esclavos en Egipto.
Todos los hombres como las mujeres (judíos) están obligados a cumplir Séder de Pésaj en todos sus detalles.
Deben sentarse reclinados del lado izquierdo (en señal de libertad).
Pésaj no es una fiesta conmemorativa, no un recordatorio histórico. Es verdad que se festeja siempre en la misma fecha que los judíos salieron de Egipto. Pero no recuerdan epopeya alguna, no realizan manifestaciones públicas, ni decretan un día de asueto para poder descansar.
Pésaj es una fiesta para la unión. Una imperdible oportunidad de sentarse toda la familia alrededor de una mesa y mediante la Matzá, los cuatro vasos de vino, la verdura amarga y el cordero asado, vivencian aquel momento. Y trasmiten a su descendencia, cual es su verdadero acervo y cuales sus principios.
Con la lectura de la Hagadá*, unimos (dicen los judios) nuestros corazones, en una única fe en el Todopoderoso. Al recordar los milagros que acaecieron, más sentimos su presencia Divina. Esto es Pésaj una fiesta singular y trascendental. Pero para que realmente provoque este fortalecimiento de los verdaderos valores del judaísmo, hay que vivenciarlo, hay que seguir paso a paso lo escrito e indicado en la Hagadá. Solo así podremos sentir que es Pésaj. PESAJ CASHER VESAMEAJ. (Pésaj permitido y feliz)
Del mismo modo Pablo atribuye a la Iglesia de Corinto lo que es esencial en los sacramentos del nuevo testamento, (1ª Co. 10:1-4).
Los sacramentos del ANTIGUO TESTAMENTO señalaban hacia Cristo y fueron los sellos de la gracia que todavía tenía que ser ganada, en tanto los del NUEVO TESTAMENTO señalan retrospectivamente (miran al pasado) hacia Cristo y a su sacrificio completo para la redención.
El fruto de la vid sale de las uvas, exquisitas y maduras. Pero antes de ser liquido, las uvas tienen que ser aplastadas o pisoteadas en la forma tradicional, para poder así sacar de ellas todo el jugo.
Cuando nosotros vamos a celebrar la Cena del Señor, se compran uvas nuevas y hermosas, no marchitas o secas. Jesús nuestro Salvador fue seleccionado por el mismo Dios, para ser sacrificado por nosotros. Isa. 42:1-9. Y al igual que las uvas tuvo que ser aplastado y sujeto a quebrantamiento, para cumplir el propósito para el cual fue enviado a la tierra. Isa. 52:1-4.
El también tuvo que ser pisoteado y despreciado para poder así pagar la pena de nuestro pecado. Isa. 53:5.
Ese precio era la muerte, un sacrificio que él pagó cuando murió en la cruz. Aunque los soldados romanos llevaron a cabo la ejecución, la pena fue establecida por el mismo Dios. Isa. 53:10.
No podemos beber uvas, antes deben ser aplastadas para dar jugo, y eso es exactamente lo que le paso a Cristo por nosotros en la cruz del Calvario.
El pan representa su cuerpo que fue golpeado, molido, despreciado, para que nosotros tengamos vida en abundancia. 1ª. Ped. 2:24-25; Heb. 10:18-22.
Cuando bebamos el jugo de la comunión, debemos recordar a aquel que fue herido por nuestras transgresiones y por nuestras iniquidades.
“LA VIDA NATURAL VIENE POR EL ALIENTO DE DIOS; LA VIDA ETERNA VIENE POR LA MUERTE DE CRISTO”.
Meditar en el sufrimiento y la muerte de Cristo, debería llenarnos siempre de un profundo sentimiento de gratitud a Dios, por haber provisto para nosotros un Salvador en la persona de su Hijo Jesucristo.
“Una familia que vivía en una granja rural, junto a un camino de terracería, donde nunca o casi nunca pasaban los coches. En un día fatal. Jugaba un niño de 10 años, estaba cruzando el camino en su bicicleta, paso un auto a toda velocidad, golpea al muchacho, y lo mata. Cuando el padre sale a recoger el cuerpo inerte de su hijo, en grandes sollozos de desesperanza, también recoge la bicicleta destrozada y torcida. La lleva al granero y la coloca en un lugar visible. La terrible tristeza del padre se mitiga con el paso del tiempo; pero durante muchos años siempre que él veía la bicicleta destrozada, le corrían lagrimas por las mejillas. . Así nosotros deberíamos tener un recuerdo vivo del sacrificio de nuestro Señor Jesucristo.
“Señor, manteen el recuerdo de tu muerte así de fresco en mi memoria. Cada vez que participe de tu Cena sea un recordatorio, que mi corazón se conmueva como si hubieses muerto ayer. No permitas que el culto de la Cena del Señor se convierta nunca en una mera formalidad, sino que siempre sea una experiencia tierna y conmovedora”.
Cuando participemos de la Cena del Señor, (ya sea como comensales o como espectadores) debemos pensar en Cristo muriendo en una cruz de dolor, y esto debe motivar a nuestro corazón a vivir una vida santa.
PREGUNTAS:
SONETO A CRISTO CRUCIFICADO
(PARAFRACEADO)
NO ME MUEVE, MI CRISTO, PARA QUERERTE, EL REINO QUE ME TIENES PROMETIDO,
NI ME MUEVE EL CASTIGO TAN TEMID,
PARA DEJAR POR ESO DE OFENDERTE.
TU ME MUEVES, SEÑOR; MUÉVEME ÉL RECORDARTE CLAVADO EN ESA CRUZ Y ESCARNECIDO,
MUÉVEME EL VER TU CUERPO TAN HERIDO,
MUÉVEME TUS AFRENTAS Y TU MUERTE.
MUÉVEME EN FIN TU AMOR, DE TAL MANERA QUE AUNQUE NO HUBIERA PREMIO YO TE AMARA, Y AUNQUE NO HUBIERA CASTIGO TE TEMIERA.
NO ME TIENES QUE DAR PARA QUE TE QUIERA, PORQUE AUNQUE LO QUE ESPERO NO ESPERARA, LO MISMO QUE TE QUIERO TE QUISIERA.
FRAY MIGUEL DE GUEVARA
*Sacramento: Los sacramentos son una serie de actos característicos de varias corrientes cristianas, aunque no todas, mediante los cuales los creyentes exteriorizan su relación con Dios, como hijos adoptivos de éste. Las diversas corrientes cristianas discrepan sobre los actos que deben considerarse sacramentos, así como sobre las formalidades de los mismos.
*Seder: Lit. Orden, arreglo. Termino que denota específicamente el servicio del hogar y el ritual prescrito en la(s) primera (s) noche (s) de la festividad de Pésaj.
*Pésaj: la primera de las tres festividades de peregrinaje que los judíos celebraban anualmente.
*Matzá: pan sin levadura. Plural matzot que se come en la fiesta de Pésaj.
*Hagadá: “narración”, es decir Hagadá shel Pésaj, el libro que contiene las reglas de la ceremonia del Seder de Pésaj.
Bibliografia:
Judaísmo A-Z léxico ilustrado de términos y conceptos. Jacob Newman, Gabriel Siván.
Muy bueno, Que la gracia Divina siga utilizándolo para su gloria.