La mayor parte del mundo actualmente utiliza calendario gregoriano o el juliano reformado, según el cual a las 12 de la noche del día 31 de diciembre se celebra la entrada del Año Nuevo.
Antes de la adopción del gregoriano, a finales del siglo XVI, esa fecha no era universalmente festejada. Constantino, el primer emperador romano cristiano, decretó que esa celebración debería hacerse el Domingo de Resurrección. Entre los antiguos babilonios, persas y asirios, el año nuevo coincidía con el inicio de la primavera. En Egipto comenzaba con la inundación anual del río Nilo. Los druidas lo iniciaban cerca de la fecha del solsticio de invierno y los judíos, que lo llaman rosh hashonah, lo celebran el día primero del mes de Tishri (entre el 6 de septiembre y el 5 de octubre).