Min. Juan Sánchez G.
Oseas 4:4-6 ¡Que nadie acuse ni reprenda a nadie! ¡Tu pueblo parece acusar al sacerdote! Tropiezas de día y de noche, y los profetas tropiezan contigo; tu madre dejará de existir, pues por falta de conocimiento mi pueblo ha sido destruido. Puesto que rechazaste el conocimiento, yo también te rechazo como mi sacerdote. Ya que te olvidaste de la ley de tu Dios, yo también me olvidaré de tus hijos.
Con estas duras palabras dichas por el profeta Oseas, nos damos cuenta cuanta razón tiene Dios en estar enfadado o por lo menos decepcionado de su pueblo, ya que no hemos hecho diferencia de una manera tangible entre lo que creen las gentes y lo que dice su palabra.
¿Qué debemos celebrar “Cena del Señor”, “Santa Cena”, “Eucaristía” o “Pesaj”?
Es muy común escuchar dentro de los círculos religiosos protestantes y carismáticos por estos días el concepto de celebrar “Santa Cena” el día “viernes santo” de “la semana mayor” (herencia del catolicismo). Aunque la iglesia católica también la celebra ese mismo día, es común que cada día de domingo la celebre en el sacrificio de la misa.
En la iglesia católica es común llamarla: Eucaristía.
La Eucaristía (del griego: Εuχαριστία eucharistia, «acción de gracias») es uno de los principales ritos cristianos, llamado también en comunión, «Cena del Señor» o «Santa Cena». Según la tradición del catolicismo, es «el sacramento del sacrificio del Cuerpo y de la Sangre de Jesucristo, instituido por él mismo para perpetuar en los tiempos venideros, hasta su segunda venida, el sacrificio de la Cruz».Quien realiza este acto es únicamente el sacerdote y los materiales son el pan de trigo y el vino de vid.
En la Iglesia Católica Apostólica Romana y la Iglesia Católica Ortodoxa, la Eucaristía es la fuente y culmen de toda vida cristiana. Es signo de unidad, vínculo de caridad y banquete pascual en el que se recibe a Cristo, el alma se llena de gracia y se nos da prenda de la vida eterna (Cfr. Compendio del Catecismo de Doctrina Católica n. 271). Además del nombre de Eucaristía suele denominársele Santa Misa, Cena del Señor, Fracción del Pan, Celebración Eucarística, Memorial de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor, Santo Sacrificio, Santa y Divina Liturgia, Santos Misterios, Santísimo Sacramento del Altar y Sagrada Comunión.
Se pueden considerar cinco elementos principales que han sido objeto de la reflexión teológica acerca de la Eucaristía (según el catolicismo): la institución del sacramento, la Eucaristía como sacrificio incruento, la Eucaristía como presencia real de Cristo, la Eucaristía como comunión y la Eucaristía como prenda de la Institución del sacramento. La teología católica considera la Eucaristía como un sacramento y por tanto afirma que fue instituida por Jesucristo durante la Última Cena. Ahora bien, esto se dio, según los relatos evangélicos en un contexto amplio.
La Transubstanciación es una doctrina católica de la Eucaristía, definida por un canon del Concilio de Trento, aunque en realidad ya figuraba desde el siglo IV puesto que Cirilo de Jerusalén ya lo había redactado en el Catecismo a los Catecúmenos. El Concilio de Trento no hace más que confirmar lo que hacía 1,500 años se venía creyendo en lo referente a que «la consagración del pan y del vino que se opera en el cambio de toda la substancia del pan en la substancia del Cuerpo de Cristo y de toda la substancia del vino en la substancia de su Sangre»[1]. Significando «especie» para estos efectos, los «accidentes» del pan y del vino: color, gusto, cantidad, etc.
Esta conversión se opera, de acuerdo a lo establecido en el Catecismo Católico, en la plegaria eucarística con la consagración, mediante la eficacia de la palabra de Cristo y de la acción del Espíritu Santo[2] . Se considera que bajo las especies consagradas del pan y del vino, «Cristo mismo, vivo y glorioso, está presente de manera verdadera, real y substancial, con su Cuerpo, su Sangre, su alma y su divinidad» (cf Cc. de Trento: DS 1640; 1651)»[3] Dicha presencia eucarística se mantiene mientras subsistan las especies eucarísticas[4].
[1] Denzinger, 877
[2] Compendio del catecismo de la Iglesia Católica, 283
[3] Catecismo de la Iglesia Católica nº 1406-1419
[4] Op cit.
[5] Catecismo de la Iglesia Católica nº 1381
Se basa en el sentido literal e inmediato de las palabras de Cristo en la Última Cena: «esto es mi cuerpo…y mi sangre» Marcos 14:12-16 16:22-26, Mateo 26:26-28, Lucas 22: 14-23. Si bien en el evangelio de Juan no se hace mención a la instauración de la Eucaristía, Jesús hace mención a dar de comer su carne como alimento de vida eterna (Jn 6: 51-58). Los cristianos de la Iglesia ortodoxa aceptan también esta doctrina, opuesta a la doctrina luterana de la consubstanciación. Las Iglesias de Comunión Anglicana, aceptan la Presencia Real del Señor en los elementos consagrados, sin entrar a discutir cómo ocurre el Misterio, simplemente en las palabras del Señor Jesús: «este pan es mi Cuerpo», «este vino es mi Sangre». Los protestantes la rechazan, argumentando que para obtener la vida eterna, no es necesaria otra cosa que una fe verdadera en Jesús, lo que eliminaría la necesidad de cualquier sacramento. A veces también bajo el argumento de que a los judíos les tenían (y tienen) prohibido beber sangre y ellos aún estaban bajo esa ley.
Martín Lutero, Philipp Melanchthon, Ulrico Zuinglio y Juan Calvino rechazaron unánimemente el carácter sacrificial de la Eucaristía. Por lo mismo no aceptaron el papel del sacerdote en la consagración de la hostia, sino que consideraron que leer las partes de la Escritura correspondientes a la Cena del Señor y partir y distribuir el pan y repartir el vino podían ser funciones asignadas a cualquier cristiano asistente a la Cena.
Lutero afirma que, dado que el hombre sólo es justificado por Dios a través de la fe y no de las obras, la misa es una obra humana más sin mayor eficacia que el de aumentar la fe. El sacrificio de Cristo es uno solo y la misa es un don recibido, no una ofrenda sacrificial que podamos dar a Dios. Por ello, abolió el canon romano y las misas privadas, dejando solo el recuerdo de la Cena.
Zuinglio, partiendo también del hecho de que el sacrificio de Cristo es único, afirma que la misa es sólo un recuerdo del sacrificio, una garantía de la redención que nos obtuvo el Señor.
Calvino afirma no sólo la unicidad del sacrificio, sino también del sacerdote que excluye cualquier sucesor o vicario. Tras algunos titubeos, debidos a la claridad de los padres de la Iglesia en este argumento, afirmó sólo el sentido de la Cena como recuerdo dejado por Cristo a sus discípulos.
Recientemente algunos reformadores han vuelto a considerar la teología del sacrificio eucarístico y en los documentos teológicos elaborados entre católicos y luteranos o anglicanos hay diversas posiciones más o menos cercanas, aunque todavía no comunes.
La consustanciación es una doctrina teológica que, por oposición a la transustanciación defendida por los católicos, sostiene que en la eucaristía coexisten las sustancias del cuerpo y la sangre de Cristo con las del pan y el vino. Es decir esta doctrina considera que en la eucaristía se encuentra de forma real Cristo en su cuerpo, su sangre, su alma y su divinidad, pero existiendo a la vez el vino y el pan, por lo tanto el acto eucarístico no se trataría de una sustitución sino de una coexistencia.
Uno de sus primeros defensores, Berengario de Tours (1,000-1,088), sostenía que el pan consagrado retenía su sustancia anterior, pero al mismo tiempo adquiría una nueva, el Cuerpo de Cristo; es decir que no perdía nada de su sustancia anterior, representando el cuerpo y sangre de Cristo de manera simbólica (panis sacratus in altari, salva sua substantia, est corpus Christi, non amittens quod erat sed assumens quod non erat). Las opiniones de este teólogo fueron condenadas en diversos concilios católicos (Roma 1,050, 1,059, 1,078, 1,079; Vercelli 1050; Poitiers 1,074)
Más tarde, la idea de la consustanciación fue defendida por Martín Lutero y constituyó una de sus principales disidencias con la Iglesia Católica, así como también con bautistas y calvinistas.
El Concilio de Trento subrayó la teología de la cruz propia de la carta a los Hebreos. La misa es un sacrificio visible, como conviene a la naturaleza humana y de la Iglesia, que representa y recuerda el único sacrificio de la cruz y aplica su fuerza de salvación y redención sobre los pecados de cada día. Sin embargo, hay una distinción de modo dado que el sacrificio de la Cruz fue cruento (cruel, sanguinario) y el de la Eucaristía es incruento (suave, placido, apacible).
Se siguieron varias teorías que partiendo de la definición de sacrificio dada por la filosofía de la religión quisieron aplicar esa noción a la Eucaristía corriendo el peligro de separarla de su relación con el sacrificio de la cruz.
Es complicado y con una terminología tan extraña no es de dudar tanta confusión.
Pero esto no sucede con los judíos, sobre estos elementos, ya que ellos no realizan la misma ceremonia litúrgica ni con el mismo sentido, aunque los Mesiánicos lo afirman como un hecho que la “Cena del Señor” está equivocada en tiempo y forma. Según vemos en la afirmación de un rabino Mesiánico. Erick Vivanco.
Desde que comenzó mi regreso (teshúva) a la Torah y por ende a YHWH mismo, fui descubriendo la importancia de revisar desde una perspectiva hebrea las creencias y prácticas que se me habían impuesto y enseñado en el cristianismo. Al comenzar en ese sorprendente, pero difícil camino, me he topado con varias sorpresas, una de las verdades que descubrí que más me impresiono fue la que está relacionada con la ceremonia llamada en el catolicismo como; “Misa”, “Comunión”, “Sacrificio”, o también conocida en sectores evangélicos como la “Cena del Señor” o “Santa Cena”. Si bien hay una diferencia de conceptos entre la “Santa Cena” Católica (Donde literalmente beben y comen, la sangre y el cuerpo del Mesías) y la “Santa Cena” Evangélica (Donde simbólicamente beben y comen, la sangre y el cuerpo del Mesías), la forma en la que se realizan ambas ceremonias es idéntica, y los errores teológicos que la sustentan son muy similares.
Antes de comenzar a guiar mi fe en la luz de la Torah (Que es Mashiaj), siempre tuve mis dudas respecto de si la forma en la que participaba de la “Santa Cena” o “Cena del Señor” era la correcta. Me parecía extraño llamar “cena” a un pedacito diminuto de pan, y a una pequeñísima copa de “vino” que en realidad era un jugo de uvas (que hasta a veces tenia colorante y otros ingredientes). Esa forma y práctica pensaba yo, no podía llamarse “Cena”. No creía que los discípulos y apóstoles de Yeshúa hubieran hecho como hoy se hace; una filita para recibir un pedacito de pan y luego una copita de jugo de uva (o vino), para luego volver a sus lugares y auto convencerse de que habían “cenado” la cena del Mesías.
Hasta aquí las palabras del rabino Vivanco.
Antes de proseguir debemos hacer una consideración, que aquí la palabra “Cena” que esta denigrando no debe refiere a una cena de platillos y postre, porque no es una cena común, sino una cena simbólica.
Pablo dice en: 1a. Corintios 11:25-27 De la misma manera, después de cenar, tomó la copa y dijo: “Ésta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto, cada vez que bebáis de ella, en memoria de mí. Porque cada vez que coméis este pan y bebéis de esta copa, proclamáis la muerte del Señor hasta que él venga. Por lo tanto, cualquiera que coma el pan o beba de la copa del Señor de manera indigna, será culpable de pecar contra el cuerpo y la sangre del Señor.
Las dos frases subrayadas: después de cenar y coma el pan o beba de la copa del Señor. Son dos conceptos diferentes hay una cena previa, que en este caso no es importante, sino lo importante lo que después sucede: la institución de la “Cena del Señor”. Y solo hay pan y vino. Y este pan no es un pan común o de diario sino “Matzá” o pan ázimo.
Nota importante, el 14 de Nizán en toda casa judía se realiza una celebración de limpieza llamada Jametz, La enciclopedia Wikipedia dice lo siguiente: Jametz (Hebreo: חָמֵץ) es un término judaico que se refiere a los alimentos elaborados con la harina de cinco tipos de granos: trigo, cebada, centeno, avena, escanda, y levadura.
El Jametz en la festividad de Pesaj se refiere a los alimentos preparados con levadura, los cuales no está permitido consumir. En su lugar se come un tipo de galleta llamado Matzá o pan ázimo.
Según la tradición antes de comenzar la festividad de Pésaj (15 de Nizán) se debe buscar y eliminar del hogar todos los «alimentos jametz», y durante el festejo incluso se prohíbe comerciar con ellos. Por tal motivo se debe disponer de ellos antes de la mañana de la víspera de Pesaj, quedando vedado su consumo y su posesión desde las 9:30 am.
Celebración que ya en los días de Jesús se realizaba, (Éxodo 12:15 «Durante siete días comeréis ázimos; ya desde el primer día quitaréis de vuestras casas la levadura. Todo el que desde el día primero hasta el día séptimo coma pan fermentado, ese tal será exterminado de en medio de Israel.) Podemos sugerir que la cena de que realizaron Jesús y sus discípulos fue una cena común, no la cena de Pesaj donde aparecen dos elementos simbólicos que uso Jesús, pero no olvidemos que la institución de la Cena fue después de haber cenado. 1a. Corintios 11:25
Por tal motivo son dos “cenas diferentes” una común y la que nos es importante la celebración del memorial, aunque una va inmediatamente después de la otra. Y esto hace que entremos en conflicto de interpretación. Además Pablo dice estas palabras acerca de que no es una cena para llenarse en este mismo capitulo, 1a. Corintios 11:34 Si alguno tiene hambre, que coma en su casa, para que vuestras reuniones no resulten dignas de condenación. Los demás asuntos los arreglaré cuando os visite.
Pablo no habla como algo importante o notable de la “primera cena” sino de la segunda que es simbólica: solo pan y vino.
Ya en esta comprensión del discurso de Pablo podemos decir que no esta hablando de la Cena de Pesaj de los judío ya que ella se celebraría a la siguiente noche después de la “Cena del Señor”.
En el siguiente verso parece que Pablo esta hablando de Pesaj, pero no es así, el esta hablando del simbolismo que representa Cristo en similitud del cordero con Pesaj. 1a. Corintios 5:7 Deshaceos de la vieja levadura para que seáis masa nueva, panes sin levadura, como lo sois en realidad. Porque Cristo, nuestro Cordero pascual, ya ha sido sacrificado.
Y no olvidemos que el cordero pascual era sacrificado por la tarde, en coincidencia del sacrificio de nuestro cordero pascual. Cristo. (VT) Éxodo 12: 6 Lo guardaréis hasta el día catorce de este mes; y toda la asamblea de la comunidad de los israelitas lo inmolará entre dos luces. Se mataba, se untaba la sangre antes de que terminara el 14 de Nizán por la tarde, porque al iniciar el 15 ya deberían estar en sus casas.
(TKIM-DE) Luk 23:54 Era el día de la Preparación, y un Shabbat estaba por comenzar.
(BAD) Mar 15:34 A las tres de la tarde Jesús gritó con fuerza: — Eloi, Eloi, ¿lama sabactani? (que significa: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?”). . . . 37 Entonces Jesús, lanzando un fuerte grito, expiró.
Después de todos estos acontecimientos en orden cronológico comienza el festejo conmemorativo de la liberación del pueblo de Israel de la esclavitud de Egipto.
Veamos lo que dice el rabino Moshé korin sobre este asunto
Mientras que en Rosh Hashaná y Iom Kipur, es el individuo quien ocupa un lugar relevante, Pésaj marca el protagonismo de todo el pueblo. La festividad de Pésaj se origina en el gran acontecimiento del Éxodo de Egipto. Los Hijos de Israel salen de la servidumbre a la libertad, y la profusión de leyes que rigen la celebración, tiene por objeto rememorar ese hecho. Del mismo se desprende la obligatoriedad de los preceptos fundamentales que el pueblo recibe y acata. Así, los Diez Mandamientos se inician con la frase: «Yo soy el Señor, tu Dios, que te saqué de la Tierra de Egipto, de la casa de la servidumbre» Éxodo 20:2. Y del «Shabat» se dice Deuteronomio 5:15 «Acuérdate que fuiste siervo en la Tierra de Egipto, y que el Señor, tu Dios, te sacó de allí con mano fuerte y con brazo extendido; por lo tanto el Señor, tu Dios, te ha mandado que guardes el día del Sábado».
La mayor parte de las prescripciones de carácter social que confieren al Pueblo de Israel una fisonomía propia, se relacionan también con aquel formidable evento. Así, la prohibición de poseer esclavos hebreos, porque según la palabra de Dios a Moisés,…«ellos son Mis siervos, a los cuales Yo saqué de la Tierra de Egipto: no podrán ser vendidos como esclavos» Levítico 25:42. Y otro ejemplo de los tantos, Éxodo 22;20, donde leemos: «No engañarás al extranjero, ni lo oprimirás, porque extranjeros fuisteis vosotros en la Tierra de Egipto«. La salida de Egipto se menciona, además, a diario, en las oraciones rituales. Pero es en la noche del «Séder» cuando se recuerda el Éxodo de manera especial. Y la «Hagadá» (Narración de Pésaj), que en su texto marca la celebración paso a paso, nos dice expresamente: «Cuanto más relata uno acerca del Éxodo de Egipto, tanto más merece ser elogiado».
La narración del Éxodo comprende dos temas principales: uno, las penurias de la esclavitud («avdut»), y el otro, las circunstancias de la liberación, rica en hechos prodigiosos como las célebres 10 plagas, o el cruce del Mar Rojo.
«Cada generación debe verse a sí misma como si hubiera sido ella la que salió de Egipto». Y la estructura misma de su texto simboliza los estrechos lazos entre el pasado, el presente y el futuro del Pueblo de Israel. En la primera parte, repasa la historia de los patriarcas, y en la segunda extiende el beneficio de la liberación a las generaciones actuales. En la última parte, con vistas al futuro, aparece Eliahu Hanaví (el profeta Elías), tan caro al sentimiento popular y, al que va dedicada la 5ª copa de vino. Según viejas tradiciones, él es quien ha de anunciar el final de los tiempos, la llegada del Mesías. ¡Que mejor símbolo, entonces, de la redención («gueulá»), en un futuro que toda la humanidad anhela!
Que importante suena este texto, en el cual suena a judío, sabe a judío, y se dirige a un pueblo judío, y solo para ellos. No entran los cristianos de cualquier forma de pensar.
La Keara (fuente Pascual) contiene en el ángulo superior derecho una pierna de cordero (zróa), en el ángulo superior izquierdo un huevo (beitzá), en el centro hierbas amargas (maror), en el ángulo inferior derecho pasta de manzana y nueces (jaroset) y en el ángulo inferior izquierdo papa o apio (karpás) y en el medio de estos dos últimos rábano o lechuga amargos (jazeret). Sobre el significado de estos componentes nos explayaremos posteriormente. Debemos tomar nota que existen variables sobre estas costumbres según las distintas tradiciones comunitarias.
El significado simbólico de la comida ritual especial es el siguiente:
– Matzá : (1) rememora la prisa con que nuestros padres debieron abandonar el Egipto, de manera que la masa «no tuvo tiempo suficiente para leudar» (2) simboliza «el pan pobre que nuestros padres debieron comer en la tierra de Egipto»; y (3) rememora la ofrenda pascual representada por la matas después de la destrucción del Templo de Jerusalén.
– Vino: es el símbolo de la alegría y el regocijo. Las cuatro copas representan una especie de «brindis» por las cuatro expresiones utilizadas en la Torah (Éxodo 6:6-7) en relación con la redención de Israel. Estas son: «os sacaré (hotzeti) de los trabajos forzados de los egipcios» y «os libraré (hitzaltis) de su servidumbre» y «os redimiré (gaalti) a brazo tendido y por grandes juicios» y «os tomaré (lakajti) por mi pueblo, y seré vuestro Dios…». El versículo siguiente continúa «y os introduciré (heveiti) en la tierra que juré dar a Abraham, a Isaac y a Jacob». Esta quinta expresión está simbolizada por la Quinta Copa que no se bebe, porque durante las largas centurias del exilio de Israel el pueblo la considera como una promesa que todavía espera su cumplimiento. Sin embargo, es colocada sobre la mesa y es llamada la Copa de Eliahu (Elías). De acuerdo con la tradición, el profeta Eliahu es el predecesor del Mesías cuya llegada simboliza la reunión de los exiliados y el restablecimiento de la soberanía judía sobre Israel; de esa manera la promesa de retornar a la tierra de los antepasados está asociada con el profeta Eliahu. Muchos judíos en Israel adoptaron el punto de vista de algunas Autoridades Tempranas y Tardías que recomiendan beber no cuatro, sino cinco copas de vino. En lugar de solamente una copa más a continuación de la oración de agradecimiento después de la comida (que se pronuncia sobre la tercera copa), se introduce una copa suplementaria en la mitad de la última parte del servicio del séder.
– Las hierbas amargas: simbolizan la amargura soportada por los israelitas durante su esclavitud.
– Jaróset : representa la arcilla y la argamasa elaboradas por los israelitas para edificar las ciudades egipcias.
– Agua salada: representa las lágrimas vertidas por el pueblo en su desgracia.
– Kárpas : un signo de la primavera, de fructificación, y de esperanza siempre renovada en el futuro, incluso si es sumergida en el agua salada.
– Hueso de pierna y huevo cocido: ambos rememoran la destrucción del Templo, simbolizando – respectivamente – la ofrenda pascual y la ofrenda festiva ofrecidas cuando del Templo existía. Se utiliza un hueso de las extremidades, con preferencia a cualquier otra parte del cuerpo porque simboliza que la redención de Israel fue con «brazo tendido» y se utiliza un huevo, porque es el símbolo tradicional del duelo.
Podemos argumentar, como muchas veces lo hemos hecho, que también nosotros fuimos libertados de nuestros pecados, pero lo curioso que ese día no fuimos libertados
Hacer todo este ritual, seria como tratar de celebra el “día de acción de gracias” de los Americanos, que tiene que ver con su cultura, pasado y forma de pensar. Y que como mexicanos, el celebrar el 5 de mayo y 16 de septiembre suena a México y mariachi.
Jesús no se confundió ni se equivoco de fecha, el celebro como judío 32 fiestas de Pésaj, pero la última el ya no la celebro, ya que el era el cordero pascual simbólico. Por lo cual instituyo una celebración diferente sin todos estos elementos, ¿cuándo? Una noche antes de Pésaj, que nada tienen que ver con nosotros.
Galatas 5:1-4 Cristo nos libertó para que vivamos en libertad. Por lo tanto, manteneos firmes y no os sometáis nuevamente al yugo de esclavitud. Escuchad bien: yo, Pablo, os digo que si os hacéis circuncidar, Cristo no os servirá de nada. De nuevo declaro que todo el que se hace circuncidar está obligado a practicar toda la ley. Aquellos de entre vosotros que tratáis de ser justificados por la ley, habéis roto con Cristo; habéis caído de la gracia.
Un buen esfuerzo de mi hermano Juan, el título es sugestivo, la información es amplia y útil, pero el desarrollo no responde a la pregunta: ¿Qué es la Cena del Señor?
Es la ordenanza establecida por nuestro Señor Jesucristo para anunciar su muerte expiatoria. Es un anuncio, un memorial de la muerte de Cristo, en el que los creyentes renuevan su fe y amor a Dios, a Cristo y al Cuerpo de Cristo, que es su iglesia. Quiza faltó este punto en el desarrollo de tema.
Por lo demás Dios bendiga a toda su iglesia cada día y especialmente en la Cena del Señor.
Adelante hno.Juan con su investigación y estudio bíblico
Su hermano en Cristo:
Isaac uribe Vega
Amado hermano la paz de Dios sea con usted y todos los suyos, siempre!
Antes que nada lo felicito por todo el trabajo de investigación que desarrolló para darnos a conocer las diferentes «formas» que los diferentes grupos «religiosos» manejan en relación al tema de LA CENA DEL SEÑOR.
Disculpe el comentario pero si quisiera de ser posible aclarara ¿QUE ES LA CENA DEL SEÑOR? porque según mi percepción en el estudio no se explica. Y por otro lado si quisiera me hiciera favor de (nuevamente disculpe) que podemos entender en Lucas 22: donde Crito dice: «…he deseado grandemente comer esta PASCUA con vosotros…» en relación a lo último que dice en su estudio que instituyó la CENA una noche antes de la PASCUA=PÉSAJ.
Nuevamente gracias y disculpas.