SBU. A continuación, y para su provecho, le sugerimos los pasos que puede seguir en la lectura y estudio de las Escrituras.
0. Separe cada día -de ser posible, siempre a la misma hora- parte de su tiempo para leer la Biblia. Procure que sean momentos en que usted no sufra interrupciones. Antes de comenzar la lectura pida la guía y bendición de Dios. A algunas personas les ayuda llevar un diario de esta actividad.
1. Seleccione un pasaje bíblico. Puede hacerlo siguiendo la guía que aparece en las próximas páginas.
2. Examine su contenido:
•Lea el pasaje completo para formarse una idea de lo que en él se dice.
•¿De qué tipo de texto se trata? (¿Una narración o una parábola como las que se encuentran en los evangelios? ¿Una exhortación como las que aparecen en las epístolas? ¿Un relato histórico, como en Hechos o varios de los libros del Antiguo Testamento? ¿Un poema, como en Cantares, Salmos o algunos pasajes del Nuevo Testamento?).
•¿Cuál es el tema general del libro en que se encuentra ese pasaje? Lea la introducción correspondiente y las notas que contenga la edición de la Biblia que usted usa.
•¿Qué ocurre o se discute en el pasaje que ha leído?
3. Identifique palabras y frases significativas. ¿Hay alguna palabra o frase que se repite en ese pasaje? ¿Se discierne alguna relación de causa y efecto? (Las frases repetidas casi siempre están precedidas de si, entonces, por eso, porque, etc.) ¿Se usa lenguaje figurado, como por ejemplo, una metáfora o alguna comparación? ¿Se contrastan personas, cosas o conceptos?
4. Lea el pasaje de nuevo y pregúntese cuál es su intención o propósito; o sea, trate de encontrar lo que el autor quiere comunicar. Debe ser honesto; no intente descubrir sólo lo que usted desea escuchar. En la Biblia se hallan mensajes que pueden transformar las vidas.
5. ¿Qué ha aprendido acerca de Dios en este pasaje? ¿Qué ha aprendido acerca de la naturaleza humana? Pregúntese cómo este mensaje se aplica a su propia vida. ¿Hay algo en su vida que deba cambiar? Si así fuera, busque la ayuda de Dios para ser mejor hijo suyo, en su relación con él y con el prójimo.
6. Lea el pasaje una vez más. ¿Hay algún versículo que quiera memorizar? ¿Por qué no lo escribe en una tarjeta y lo lleva consigo todo el día para así recordarlo?
7. Dé gracias a Dios por lo que le ha mostrado y pídale su ayuda hoy, cuando trate de aplicar a su vida la lección aprendida.
8. Comparta con otras personas.