12 «Yo, yo soy vuestro consolador.
¿Quién eres tú para que tengas temor de los mortales
y de los hijos de los hombres, que son como el heno?
13 ¿Ya te has olvidado de Jehová, tu Hacedor,
que extendió los cielos y fundó la tierra?
Todo el día, sin cesar, has temido
el furor del que aflige,
cuando se dispone a destruir.
¿Pero dónde está el furor del que aflige?
14 El preso agobiado será libertado pronto;
no morirá en la mazmorra ni le faltará su pan.

15 »Yo Jehová,
que agito el mar y hago rugir sus olas,
soy tu Dios,
y mi nombre es Jehová de los ejércitos.
16 En tu boca he puesto mis palabras
y con la sombra de mi mano te cubrí,
extendiendo los cielos, echando los cimientos de la tierra
y diciendo a Sión: «Pueblo mío eres tú»».