35 Jesús les respondió:
-Yo soy el pan de vida. El que a mí viene nunca tendrá hambre, y el que en mí cree no tendrá sed jamás. 36 Pero ya os he dicho que, aunque me habéis visto, no creéis. 37 Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí, y al que a mí viene, no lo echo fuera. 38 He descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió. 39 Y la voluntad del Padre, que me envió, es que no pierda yo nada de todo lo que él me da, sino que lo resucite en el día final. 40 Y esta es la voluntad del que me ha enviado: que todo aquel que ve al Hijo y cree en él tenga vida eterna; y yo lo resucitaré en el día final.