Fuera eufemismos. En los cultos, la gente “se aburre, se duerme”. Esa es la conclusión exacta la que llegó el entrenador de pastores Thomas Kabel –bueno, no sólo este Pastorentrainer,– a la vista de la abismal brecha de concordancia estadística entre el 60% de ciudadanos, en este caso alemanes, que creen en Dios y el 16% que asiste regularmente a los cultos.
Los cultos, sostiene este director de escena y actor muniqués, son shows, y como tales espectáculos, las ceremonias de bodas son comedias y los servicios fúnebres, dramas que deben ser escenificados. “El ritual dirige a las personas, no las personas al ritual”, reza lema de su empresa Liturgishe Präsenz.
Dicho y hecho, sus cursos hacen furor en los despachos eclesiásticos de Alemania, Austria y la Suiza de habla alemana. Kabel adiestra a los profesionales de la religión en el difícil arte de ganarse al público. Más allá del sólo énfasis central en la palabra en el culto comunitario, entrena a los curadores de almas a ejercitarse en la plusvalía de la representación total: expresión, gestos y lenguaje corporal.
Más de 8.000 pastores y pastoras evangélicos y sacerdotes católicos están ya fit für Jesus, “en forma para Jesús”, tras haber asistido a sus talleres.
Foto: Jörg Müller (Visum/Cover). De la exposición colectiva «Gott in Deutschland», de los fotógrafos de la agencia Visum. http://www.dwork.de/Gott/