Al terminar el estudio de esta lección, el alumno conocerá:
Para tener cultos de verdadera adoración es necesario tener en cuenta ciertos factores.
Al elaborar los programas de las diferentes clases de cultos es indispensable tener en cuenta el grupo, sus características, sus capacidades, experiencias y necesidades.
¿Qué es lo que quiere hacer o lograr en un programa de adoración, o en una serie de programas? Estos deberán llenar las necesidades del grupo, ayudar a sus componentes o entender como enfrentarse mejor a los problemas de la vida diaria, y ayudarles a descubrir como relacionar cada frase de la vida con Dios.
Todos lo programas de adoración deberán girar alrededor de un tema central. El que dirige debe tener en cuenta que cada parte del culto es importante y que tanto los himnos, como la lectura bíblica y todas las demás partes deben relacionarse con el tema elegido.
Si consideramos la adoración como el propósito fundamental de cada reunión de la Iglesia, debemos aceptar que todos los elementos constitutivos del culto deben seguir un plan meditado y definido en su desarrollo. Puede haber variedad en el programa y al mismo tiempo mantener un orden de sucesión en su desarrollo.
Al planear el programa de un culto el director debe tener en cuenta la participación de todo el grupo. No es bueno que la congregación quede relegada al papel de mera espectadora.
Es necesario que tengamos en mente que el verdadero culto sólo es posible cuando hay una participación activa por parte de la congregación.
Con frecuencia los programas de adoración siguen una forma rutinaria y monótona de cinco elementos: himnos, oración, lectura bíblica, ofrenda y predicación, en muchas ocasiones ni siquiera se relacionan entre si.
Ciertamente estas cinco partes son importantes e indispensables, pero hay otros elementos que deben incluirse en ellos, por ello es importante que haya variación en las partes que se incluyen en el programa y la manera de presentarlos.
Además, como ya se dijo anteriormente, los cultos no deben seguir el mismo molde semana tras semana. Es bueno que alguna vez el culto principie por el Sermón, o por una oración en lugar de un himno. También es bueno que se practique el silencio congregacional acompañado de la meditación de algún pasaje conmovedor de las Escrituras. De vez en cuando el Pastor y el director del coro pueden elaborar un Sermón de canto para presentarse en uno de los cultos especiales de la Iglesia, y si este se efectúa con la debida preparación, puede ser muy efectivo para dar un mensaje que inspire y enriquezca la vida de todos los concurrentes. Recuérdese que no debe haber tradiciones ni reglas fijas en cuanto a la adoración, sino mas bien orden, sencillez y reverencia.
De lo anterior se desprende que el empleo de la variedad en los programas hará más interesantes las partes integrantes del culto. Hay un dicho popular que dice “en la variedad esta el gusto”, pero es obvio que no hay lugar alguno en el culto para la variedad que no tenga razón de ser.
Nota: Téngase en cuenta que la gran tarea de todos aquellos que están a cargo de dirigir los programas de culto es, aportar vida y entusiasmo a los cultos de sus respectivas congregaciones. Por ello cada programa merece ser planeado con sumo esmero pidiendo a Dios que lo use para suplir las necesidades e insuficiencias espirituales de los adoradores.
Todos lo programas de los diferentes cultos deben estar siempre dentro del tiempo disponible para ello. El que dirige debe procurar no incluir demasiadas palabras para alargar el programa, sino que aprovechara bien el tiempo, haciendo de cada parte la contribución valiosa para la realización del propósito del programa.
Nota: En las Iglesias pequeñas donde el pastor es el director y el Maestro, es sumamente importante que principie el culto a la hora señalada, sin importar que sólo hay dos o tres personas. Debe familiarizarse bien con el programa para que al momento de desarrollarlo no tenga que fijar la vista en el, aunque es conveniente que lo tenga siempre a su alcance. Evite tomar la hoja del programa y decir “Ahora según el orden de nuestro programa vamos a..” Su actitud influye mucho en la actitud de los demás.