Al terminar el estudio de esta lección, el alumno conocerá:
La lectura bíblica es un factor muy significativo en cada culto, por lo tanto debe tener la debida preparación para hacerse con sentimiento y buena expresión.
a) El que dirige la lectura deberá estar vividamente consiente del proceso que toma lugar durante la lectura. El mensaje viene de la página escrita, pasa por el ojo del lector para llegar a su mente y entendimiento. De allí pasará por su dicción al oído del oyente y de allí a su entendimiento. Pos esto, es importante aprender a leer bien las Escrituras, pues de ello depende que la Iglesia entienda el motivo por el cual debe adorar a Dios.
b) Téngase presente que la Biblia es la Palabra de Dios, por lo tanto hay que abrirla con respeto. Evítese ser demasiado informal en el manejo y tratamiento de la misma.
c) Debe escogerse anticipadamente la porción que se va a leer y al igual que los himnos, debe seleccionarse con sumo cuidado.
d) Las lecturas deben ser las más atractivas y apropiadas al propósito del culto o tema del Sermón. No excesivamente largas.
e) Por lo general, antes de leer hay que orar. Esto puede hacerse según el orden del culto.
Es de suma importancia tener en consideración la manera en que se anuncia la lectura bíblica, pues debe hacerse de tal modo que la Iglesia escuche con interés y expectación a fin de que reciba el mensaje contenido en la Biblia.
La lectura puede introducirse con frases imperativas como: Abramos nuestra… Leamos juntos el gran… La Palabra de Dios revelada en… Leamos una porción de la Palabra de Dios en… etc.
Debido a causas doctrinales de nuestra Iglesia, los libros de los Evangelios textualmente se llaman Evangelio de San Mateo, Evangelio de San Marcos, Evangelio de San Lucas, Evangelio de San Juan, a lo que es una forma errónea de mencionarlos, por su carácter de “Santos” recordemos que solo Jesucristo es Santo. La forma correcta de referirse a estos libros es Evangelio de Mateo, Marcos, Lucas, Juan, respectivamente.
También, el canto de un himno que exalte a la Biblia puede ayudar de manera efectiva a introducir la lectura Bíblica y enfocar la atención de todos hacia la misma.
a) Se debe leer despacio, con claridad, buena entonación y con volumen suficiente.
b) No se debe comentar extensamente sobre lo leído.
c) Hay muchas maneras en las cuales se puede variar la forma de presentar la lectura, quedando a juicio del que dirige. Puede ser: Lectura coral o al unísono, antifonal, por uno solo, lectura en silencio, combinada con un himno o periodo de meditación.
Es muy efectiva la intercalación de las estrofas de himnos en la lectura bíblica. Ejemplo: Se lee un pasaje bíblico y luego un grupo canta las estrofas escogidas o una persona canta sola una estrofa, después de lo cual el grupo leerá un pasaje bíblico al unísono, etc.
Una Variación Ocasional del texto traerá frescura de visión y percepción. Por esto es aconsejable que de vez en cuando se use otra versión de las Escrituras, confrontándola con la versión clásica, para mayor comprensión de las palabras difíciles y los nombres inusuales o el significado de algún pasaje.
Nota: Es conveniente escoger a la persona que van a ejecutar la lectura y avisarles con anticipación para que tengan tiempo de preparar su expresión.