EFE. Ana Cárdenes
Israel comienza esta tarde tras la caída del sol la jornada de Purim para celebrar el triunfo de los israelitas sobre los persas, hace más de dos milenios.
Tras semanas de lluvia, fuertes vientos e incluso nieve en Jerusalén, la ciudad amaneció hoy soleada, lo que animó a la gente a salir a la calle con pelucas, disfraces y grandes dosis de buen humor para disfrutar con alegría este día.
Si bien es una jornada laborable y los comercios y oficinas permanecen abiertos, no faltan en las tiendas las caretas, diademas exageradas y decoración colorida.
En las pastelerías y cafeterías se exponen en abundancia los dulces especiales para esta ocasión, los «oznei Hamán» u «orejas de Hamán», elaborados con una masa de margarina, harina y azúcar con forma de triángulo y rellena de semillas de amapola, dátiles, chocolate o pasta de sésamo.
«Purim es una festividad en la que los judíos se supone que deben ser distintos: disfrazarse, estar feliz, beber vino y sentirte no como tú mismo», declaró a Efe Osnat, cubierta con una máscara burlesca y ataviada con una capa y disfraz de vampiresa.
«Por la noche saldremos, nos divertiremos y beberemos», explica sonriente y tocada con una diadema de princesa Tslil Kleiman, israelí de origen argentino residente en Jerusalén, que añade que, para los niños «disfrazarse es como cumplir sus deseos de lo que les gustaría ser».
Los más pequeños son los que más disfrutan esta festividad, en la que participan de fiestas y desfiles vestidos de superhéroes, princesas, animales, personajes de sus dibujos animados favoritos o con originales disfraces difíciles de identificar.
Los judíos más religiosos guardarán hoy una jornada de ayuno, acudirán a la sinagoga a escuchar la lectura del Libro de Esther y pronunciarán oraciones específicas para la ocasión, que celebra la victoria de los judíos sobre el Imperio Persa.
La casa y la mesa tienen que estar especialmente arregladas, los fieles deben vestirse con las ropas del «sabath» (día sagrado de descanso para los judíos, en el que se usan atuendos elegantes) y se ha de practicar la caridad con los pobres.
El origen de Purim está en el relato bíblico, donde se cuenta cómo Hamán, gran visir del Imperio Persa, pidió al rey Asuero que matase a todos los judíos de su reino porque no toleraba que Mordejai (Mardoqueo), padre adoptivo de Esther, no se arrodillara ante él.
El Libro de Esther describe cómo esta mujer de origen judío y convertida en reina de Persia, ayudó a impedir la liquidación de su pueblo después de que el visir convenciese al monarca persa de que ordenase el exterminio de los judíos en su territorio.
La reina intercedió ante Asuero, que autorizó a los judíos a que se defendieran, gracias a lo cual el día fijado para su ejecución, el 13 del mes hebreo de Adar, los israelitas lograron derrotar a sus enemigos.
Según la narración bíblica, al día siguiente los judíos del Imperio Persa celebraron su victoria y dieron a esa jornada el nombre de «Purim», que significa literalmente echar a suerte o sorteo.
El uso de disfraces para esta celebración no se impuso hasta siglos más tarde, en la Edad Media, posiblemente por la influencia del carnaval cristiano o de otras creencias.
Lo que sí tiene una justificación religiosa es el consumo de alcohol durante la jornada, ya que la tradición judía estipula que en Purim se debe beber «hasta que no se distinga al bendito Mordejai (héroe del Libro de Esther), del maldito Hamán», es decir, hasta estar beodos.
muy interesante y de mucha credivilidad historica y biblica