Diác. Juan Sánchez García

Cuando recibí este artículo en mi correo, solo de ver el titulo se me hizo muy interesante su presentación, lo abrí y lo leí con interés, y dije este es un buen tema para una buena reflexión.

El Talmud en el tratado de Shabat (112b) cita lo siguiente: «Rabí Zeira dijo en nombre de Rava Bar Zimuna, ‘Si las primeras generaciones son como los ángeles (en cuanto a categoría espiritual), entonces nosotros somos (solamente) seres humanos. Y si las primeras generaciones son (sólo) seres humanos, entonces nosotros somos burros, y ni siquiera (del nivel) del de Rabí Janina Ben Dosa y del de Rabí Pinjas Ben Iair, sino más bien burros comunes y corrientes»

EL CONCEPTO DE LA BIBLIA

La evolución en reversa

«Y Avimelej le dijo a Abraham, ‘¿Qué viste que te hizo hacer semejante cosa?’ « (Libro de Génesis, 20:10)

Avimelej [1] demandaba una explicación de por qué Abraham lo engañó al afirmar que Sara [2] era su hermana. Basándose en la declaración de Abraham, Avimelej hizo un movimiento equivocado sin lugar a dudas al tomarla para sí, provocando la ira de Dios. La respuesta de Abraham fue «… Porque (me) dije, dado que no hay temor a Dios en este lugar, me matarán y tomarán a mi esposa.»

Para explicar porque Abraham fue precavido, Rashi [3] cita al Midrásh [4]: «Si un visitante llega a la ciudad, ¿le preguntas en relación a comer y beber (‘¿Tienes hambre o sed? ¿Necesitas algo?’), o indagas sobre la mujer que está con él (‘¿Es tu esposa… o tu hermana?’)?

“Cuando Abraham llegó y los habitantes de la ciudad le pidieron detalles sobre su hermosa esposa, en lugar de interesarse por sus necesidades, Abraham temió lo peor. Como medida precautoria tuvo que presentarla como su hermana. Estimó que si decía la verdad, no dejarían de matarlo para apoderarse de ella.

Los normas de alta Moral de los pueblos antiguos

Aunque la Biblia no tuvo como intención ser un libro de historia, nos pinta un cuadro de cómo eran los tiempos antiguos más digno de confianza que las narraciones que se encuentran en los textos sobre la materia. Los estudiantes de historia evalúan a las generaciones de antaño como incivilizadas y primitivas. Las consideran carentes de cultura y cortesía. Pero un examen, aún superficial, del episodio entre Abraham y Avimelej, acaecido hace unos 3.700 años nos deja sorprendidos por las altas pautas éticas existentes en aquellos días. Y obteniendo un resultado favorable si se lo compara con nuestro «culto mundo» de hoy.

Avimelej era un rey común y corriente de aquel tiempo. Pero aún así, salta a la vista inmediatamente que fue merecedor de una revelación Divina nocturna y que Providencia Divina especial le fue extendida para librarlo de que pudiera llegar a dañar a Sara. Esto significa que Avimelej estaba cerca de Dios y considerado por El lo suficientemente virtuoso como para estar bajo Su protección (de no pecar). Los siervos de Avimelej también eran hombres de méritos porque cuando los juntó y les narró el mensaje del Creador temblaron de miedo a Él. ¿Vemos nosotros algo similar en nuestros días?

Todavía es más estremecedor el dialogo entre Abraham y Avimelej. Este le preguntó a Abraham, «cuando llegaste a nuestro país, ¿qué viste que te hizo mentir respecto a tu esposa, al decir que era tu hermana?» Podemos entender la queja del rey a la luz de la siguiente analogía: imaginemos una persona que está de visita en una Ieshivá [5], y que deja su billetera sobre un banco en el Beit Hamidrash [6]. ¿Necesita tener miedo de que ésta vaya a «desaparecer»? ¿Temería que los estudiantes de la Ieshivá vayan a tocar dinero que no les pertenece? O si tuviera un valioso maletín, ¿se preocuparía de buscarle un lugar seguro en la institución donde poder dejarlo? Este visitante sabe que dondequiera que deje sus cosas, las encontrará en el mismo lugar cuando vuelva, porque ese es el grado de excelencia de los que estudian en una Ieshivá.

Imagínese, sin embargo, a un extraño que al llegar a la Ieshivá empieza a buscar un lugar apartado donde esconder sus pertenencias. Los estudiantes lo mirarían asombrados, empezarían a averiguar quién es, y por qué se comporta de esta forma. ¿Vio algo en la Ieshivá que lo hizo sentir que ellos no eran dignos de confianza? (es obvio a partir de su cautela de que ha encontrado algo inapropiado).

Este tipo de integridad que es el que da como resultado el auto-examen («¿vio algo que no es de fiar entre nosotros?»), puede ser encontrado sólo en una Ieshivá o en una comunidad donde el más alto nivel de honestidad prevalece.

Cuando tratamos con el público en general, sin embargo, el requerimiento en cuanto a conducta es completamente diferente. Si vemos a alguien esconder su dinero o un objeto de valor manteniendo un perfil bajo, no nos sorprende en lo absoluto. En nuestro tiempo, los viajeros que visitan lugares desconocidos toman la precaución de no exponer sus cosas valiosas a la vista del público ni por un instante.

Siendo así, ¿por qué fue tan difícil para Avimelej entender por qué Abraham al llegar decidió ser cauteloso en relación a su bella esposa? En nuestra propia época ésta es considerada nada más que una conducta sensata. ¿Por qué Avimelej preguntó en estado de shock, «qué viste que te llevó a hacer semejante cosa? ¿Qué conducta indecente encontraste entre nosotros que te condujo a pensar que somos unos depravados?»

La conclusión, fuera de toda duda, es que los filisteos comunes y corrientes de aquellos días eran tan rectos como los miembros en la comunidad de una Ieshivá de hoy. Por esto Avimelej no podía entender qué había visto Abraham que lo llevó a desconfiar de ellos. Por cierto, este incidente describe correctamente la alta corrección prevaleciente en algunas naciones de la antigüedad, la que contrasta marcadamente con el materialismo y la decadencia moral de nuestro tiempo.

Ahora bien, en cuanto a la respuesta que dio Abraham: «…Porque (me) dije, dado que no hay temor a Dios en este lugar me matarán a causa de mi esposa.» ¿Qué causó que Abraham pensara que no había temor a Dios en Guerar? Que simplemente le preguntaran por Sara antes de indagar si necesitaba comida y bebida. Este comportamiento le dio a Abraham suficiente base para sospechar que eran capaces de asesinarlo para raptar a su esposa. Abraham enseña una sagaz lección sobre la gente: quien mantenga un Standard ético elevado pero carezca de temor a Dios es capaz de cualquier cosa.

Esto ha sido confirmado en nuestro propio siglo. El pueblo alemán era de los más éticos, altamente ilustrado e impecablemente fino, dieron al mundo los mejores músicos, filósofos y científicos, y aún así perpetró los actos más bestiales de la historia, a escala de genocidio. La aptitud para cometer asesinatos en masa, diabólicos y sin sentido, resulta del hecho de que » no hay temor a Dios en ese lugar.»

La falta de consideración hacia el prójimo refleja falta de temor a Dios. Quien lo tiene guarda respeto por Su obra y por las creaciones vivientes. Un hombre con tal cualidad busca beneficiarlas para cumplir con el deseo del Creador de sustentar y perpetuar al género humano en un ambiente placentero.

(La sección citada más arriba está basada en Daat Torá, Breishit, de Rab Yerujam Levovitz).

No toda civilización de la antigüedad estaba en el nivel de Guerar; la Torá relata en detalle la depravación y barbarie que existía en ciertas zonas de aquel tiempo. Como Sodoma y Gomorra y las demás ciudades comarcanas. No obstante, había civilizaciones antiguas cuyas cualidades éticas y espirituales eclipsaban casi todo lo que tenemos hoy. Aun la culta y sabia Grecia. Lo que podemos sacar como conclusión acerca de estas personas que vivieron en el distante pasado es que, en general, sus mejores culturas fueron superiores a las nuestras, y por el contrario, las peores de entre las de antaño superaron a las nuestras.

¿Y esto que tiene que ver con nosotros? Argumentaríamos mucho de nosotros, y la respuesta es: mucho, y no sabemos cuanto.

La sociedad occidental se llena de gusto la boca de querer mandar la ética del mundo “no civilizado del tercer mundo”, pero no sabe que hay culturas más éticas, que aun andan con taparrabo.

Y esto también incluye a la religión, muchas religiones se quieren sentir como los que deben dictar las reglas éticas y morales que hay que jugar los demás habitantes de la tierra, pero han demostrado que son las más corruptas y depravadas, intolerantes, de la sociedad.

La mayor parte de los habitantes de este mundo somos cristianos (Hay 1.700 millones de cristianos en el mundo frente a 1.100 de musulmanes, 800 de hindúes y 14 de judíos) y no somos las mejores naciones, con temor a Dios.

Pero dejemos al mundo y veamos nuestro actuar como iglesia sin despegar nuestra mirada del tema principar: Evolución en reversa

Si le preguntáramos a la mayor parte de cristianos que abarrotan los Templos sábados o domingos, sobre su relación con Dios, contestarían que es buena e impecable.

Los argumentos serian muy contundentes.

a) leemos la Biblia todos los días.
b) Los 1º amasamientos todos los sábados.
c) Asistimos al templo regularmente
d) (En nuestro caso) No comemos carne de cerdo, mariscos o bebidas embriagantes.
e) No adulteramos o robamos o asaltamos a la gente.
Y llegaríamos a la conclusión de que tienen razón las personas que argumentan así sus acciones.
Alguien más diría: “yo de mi casa a mi trabajo y de mi trabajo a mi casa”.
Y tendría razón, esta es una señal de alta moral, buenos principios.
Como lo argumentaría cualquier fariseo de la antigüedad.

Lucas 18:11-12 «Puesto de pie, el fariseo oraba así: “Dios, te doy gracias porque no soy como los demás hombres. Ellos son ladrones y malvados, y engañan a sus esposas con otras mujeres. ¡Tampoco soy como ese cobrador de impuestos! Yo ayuno dos veces por semana y te doy la décima parte de todo lo que gano.”

Íntegros, perfectos, buenas obras, fieles, llenos de poder de lo alto, críticos literarios, honestos, llenos de valores morales, aun en los pensamientos, trabajadores, etc.

Mateo 12:14 Entonces los fariseos salieron de la sinagoga y comenzaron a hacer planes para matar a Jesús.

Muy celosos de su religión, pero querían matar a Jesús. Vengativos, solo esperando como asechadores que el otro tenga un leve resbalón, para atacarlo y acabarlo sin misericordia, traidores y arrebatados, solo hablar porque tenían envidia y rencor oculto en su corazón.

Lucas 14:1 Un sábado, Jesús estaba cenando en la casa de un jefe de los fariseos. Todos los que estaban presentes lo vigilaban muy atentos.

Se pasaban la vida vigilando que mal proceder–según ellos—hacia para acusarlo y denostar su imagen publica, ¿no nos parece algo común en nuestra iglesia?

Lucas 15:2 Al ver esto, los fariseos y los maestros de la Ley comenzaron a criticar a Jesús, y decían: «Este hombre es amigo de los pecadores, y hasta come con ellos.»

Esto pasa cuando cuidamos la vida de los demás, pero nuca vemos la vida nuestra que esta dando mal testimonio, del Príncipe de los pastores, y sobre todo cuando los causantes de este mal testimonio somos nosotros mismos con nuestros actos, y reaccionamos como victimas y los ofendidos.

Mateo 16:1 Algunos de los fariseos y de los saduceos se acercaron a Jesús para ponerle una trampa, y le dijeron: —Queremos que hagas un milagro que pruebe que Dios te ha enviado.

Nos deslizamos como depredadores buscando el momento adecuado y el descuido de nuestra victima, para destruirlo, ero eso si—-muy buenos cristianos de sábado.

Lucas 7:29-30 Los que habían escuchado a Juan le pidieron que los bautizara, y hasta los cobradores de impuestos hicieron lo mismo. Así obedecieron lo que Dios había mandado.

Somos desobedientes a las disciplinas eclesiales, argumentando las propias como validas, pero olvidando que muchas veces estamos actuando en contra de la voluntad de Dios. En una palabra estamos pateando la cruz porque ya no la aguantamos.

(TLA) Lucas 17:1
¡Cuidado!
Jesús les dijo a sus discípulos:
«Muchas cosas en el mundo hacen que la gente desobedezca a Dios. Y eso siempre será así. Pero ¡qué mal le irá a quien haga que otro desobedezca a Dios!

(SSE) Lucas 17:1 Y a sus discípulos dice: Imposible es que no vengan escándalos; mas ¡ay de aquel por quien vienen!

Hoy por cualquier situación, hacemos escándalo en la iglesia, amenazamos, azuzamos a la congregación que nos apoye en nuestros delirios, llevando a Cristo una vez más a vituperio.

Lucas 7:30 Pero los fariseos y los maestros de la Ley no quisieron obedecer a Dios, ni tampoco quisieron que Juan los bautizara.

Y en lugar que la iglesia siga hacia adelante va en reversa, hundiéndose cada día más en la mundanalidad, superficialidad y humanismo.

Y cuando llegan personas nuevas a la iglesia–solo una vez—ya no regresan, y nos preguntamos como: «Y Avimelej le dijo a Abraham, ‘¿Qué viste que te hizo hacer semejante cosa?'» Génesis, 20:10

Vio lo que no queremos ver, porque tenemos mucha ética cristiana, entusiasmo y ocupación en eventos y activismo, pero muy poco temor de Dios, pensando mal de los demás, murmurando, mintiendo, robando, blasfemando el nombre de Cristo por nuestro comportamiento, trayendo “fuego extraño al templo”, “conformándonos a este siglo”, siendo “hijos de las tinieblas mas que de luz…

Analicemos una vez mas nuestra vida personal no la de los demás, que la de los demás, Dios también la esta mirando.

Bibliografia:

Rav Yehuda Levobits z»l
Glosario (Agregado en la presente traducción)
[1] Avimelej: Rey de Guerar.
[2] Sara: Esposa de Abraham.
[3] Rashi: Exegeta de la Torá.
[4] Midrash: Obras que engloban las exposiciones de los versículos hechas por nuestros sabios que complementan lo narrado por la Torá.
[5] Ieshivá: Centro de Estudios de Torá para jóvenes.
[6] Beit Hamidrash: Sala principal de estudio en una Ieshivá.

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