Ello ha desatado, como estrategia, que obispos, líderes y teólogos lancen una campaña llamada Católicos Regresen a Casa (Catholics Come Home), con la cual tratan de recuperar su masa de feligreses cuando, según el informe, su insitucionalidad comenzó su crisis, a partir de 2002, ante el destape de los escándalos de la pederastia clerical. Tras una década de vivir lidiando con ese problema, no solo la pérdida se remite a miembros sino, además, a cuantiosas cifras por demandas contra la institución.

Una encuesta de CARA (Center for Applied Research in the Apostolate), liderada por la Universidad de Georgetown, indica que solo el 33 por ciento de los católicos asiste a misa una vez por semana, lo cual deja al desnudo que casi 43 millones en la nación no son practicantes. También arroja, como otro dato preocupante, que la mitad de los matrimonies católicos se divorcian y que decrecen las bodas y los bautizos.

Uno de los líderes del clero declaró que la crisis se debe, en gran medida, a que cada día existe una cultura estadounidense mucho más secular en la que el dinero sustituye a Dios en la vida de muchas personas, mientras se percibe, además, una evidente crisis de liderazgo.

Según un despacho de AFP, la campaña Católicos Regresen a Casa tiene el propósito de promover mensajes en los medios masivos de comunicación que incidan en la educación evangelizadora con el propósito de rescatar a los feligreses que han abandonado su fe ante la gama de problemáticas que enfrenta la Iglesia.

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