LaJornada. Edición del 14 de Junio de 2009.
Carolina Gómez Mena

Para las iglesias cristianas evangélicas una tercera vía, antes que anular el voto o dejarlo en blanco, es votar por los candidatos “menos malos”, porque no expresarse en las urnas significaría no asumir el compromiso que se tiene con el país, consideraron pastores de este credo, los cuales insistieron en que en los comicios “no puede ganar la indiferencia”, porque ello significaría un retroceso en materia democrática.

El pastor Abner López, director general de la Sociedad Bíblica de México, propuso que ante este panorama “invitamos a votar, aunque sea por el menos malo”. Agregó que aunque anular el sufragio es una clara posición política que expresa la “desesperación” existente ante la “escasa identificación” que tienen los políticos con las necesidades de los gobernados, se debe sufragar.
No obstante dijo que anular el voto es una forma de decir a los políticos que deben sentir “vergüenza porque la mayoría sólo representa sus intereses personales y de partido”.

Aparte, jerarcas católicos expusieron que tanto anular el sufragio como el abstencionismo son perjudiciales para la democracia. El cardenal Juan Sandoval Íñiguez expresó que “el abstencionismo es la tumba de la democracia” y que le “acabaría de quitar al pueblo su responsabilidad civil. Si se promueve el abstencionismo se acabará con la democracia y caemos en una dictadura, que por cierto, ya casi estamos en ella: dictadura de partidos”.

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