LupaProtestante

MI PARTIDO NO ES DE ESTE MUNDO, DIGO, MI REINO (II)

Julio Iraheta Santos, El Salvador

Hay otros aspectos del mundo y de la tierra en lo que es válido lo que se ha planteado: lo social, lo económico, lo cultural, lo científico, etc. Y reduciendo más nuestro espacio al mundo y tierra salvadoreños, recordemos que Dios no nos ha quitado de éstos, y que Tú como Hijo sólo le pediste al Padre que nos guardara del mal, aunque con la afirmación categórica de que no somos de este mundo, así como Tú también no lo eres. Entonces, esto quiere decir que debemos actuar en el mundo político sin contaminarnos con el mal de sus tinieblas políticas, así como permanecer en la tierra religiosa sin participar del mal de su corrupción.

Para esto es necesario, como dijo el apóstol Pablo, gloriarnos sólo en tu cruz, en la cual el mundo nos es crucificado a nosotros y nosotros al mundo. Es en tu muerte en la cruz, donde debemos considerar no sólo muerta nuestra vieja humanidad, sino también ver ahí en el madero crucificado junto contigo, lo que somos socialmente, económicamente, políticamente, educacionalmente, culturalmente, religiosamente. Todo lo que somos y tenemos debe pasar por el filtro de tu cruz y si no lo experimentamos por fe de esa manera, entonces no podemos mostrar ni compartir tu luz y tu sal en el mundo. En unión contigo crucificados, debemos considerarnos muertos para el mundo, para mostrar en el mundo tu nueva vida con su sal y su luz.

El Espíritu Santo, quien toma de lo tuyo y nos lo hace saber, Jn.16:14, hizo expresar al apóstol Pablo que nosotros, por las misericordias recibidas de parte de Dios, debemos presentarnos como sacrificios vivos, santos y agradables delante de Él, que es nuestro culto espiritual e intelectual, y que no nos conformemos a este siglo, y que nos transformemos por medio de la renovación de nuestro entendimiento, para que comprobemos cual sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta, Ro.12:1-2, en este mundo religioso y político. No olvidemos que también Pablo dice que somos
hechura de tu Padre en Ti, para que andemos en las obras que Él ha preparado de antemano para que andemos en ellas, Ef.2:10. Y como Tú mismo lo afirmaste, eso es para que los hombres glorifiquen a tu Padre y a nuestro Padre, Mt.5:16.

Pero ahora como discípulos tuyos se nos reduce el campo de las generalidades al campo de lo específico, y debemos mostrar tu luz y ofrecer tu sal en nuestro “pequeño mundo salvadoreño”, donde casi siempre se vive en campaña electoral ilegal o legal, donde se terminó una guerra civil, pero lo ideológico cobró dimensiones emocionales aberrantes y a diario se mata frente a los televisores de palabra o de pensamiento a los políticos que causan indignación, según la intensidad de la posición ideológica que se tenga, o de la iniquidad que algunos de ellos destilan. Pertenecemos a un país donde las armas del conflicto bélico callaron, pero donde los corazones no depusieron las armas y realmente no se contribuyó institucionalmente como debe ser a sanar las heridas. Una paz sin justicia, sólo es un remedo de paz, Is.32:17: “Y el efecto de la justicia será paz; y la labor de la justicia, reposo y seguridad para siempre.”

Y ahora estamos aquí en el reino del oportunismo y la corrupción de políticos y religiosos que tienen ambición de poder. Alguien dijo que el poder corrompe y si eso es así en nuestro medio, a mayor tiempo en el poder mayor corrupción. Pero el asunto es que tus discípulos estamos aquí formando parte de una sociedad gravemente enferma social, política, económica y espiritualmente. Una sociedad donde un gran porcentaje de
sus miembros, incluida la mayoría de cristianos, no aplicamos el principio evaluativo que tu enseñaste: “Por el fruto los conoceréis” Mt.7:16, para diferenciar lo falso de lo verdadero. Esto ha sido adulterado y en alguna medida nos hemos vuelto sofistas: “Por las palabras los conoceréis”. Y esto es más negativo aún, cuando ya no sólo nos embobamos con los discursos hablados o escritos, sino que somos seducidos o engañados por el lenguaje visual, las imágenes, hasta el punto que hoy los medios de comunicación al servicio de los poderosos son prácticamente los falsos profetas que “a muchos engañarán” Mt.24:5, y de ser posible “aun a los escogidos” Mt.24:24.

Un punto importante en el aspecto social, así como político y económico, sin olvidar el sentido ético del comportamiento de las personas en esas áreas, y desde una visión cristiana, es conocer qué piensa nuestro Padre
y cuál es su reacción ante la opresión y explotación que sufren los pobres, mayoría en todo el mundo, y en El Salvador también, así como qué piensas Tú como el Pobre de Dios que fuiste, y que aun estando ahora en tu trono a la diestra del Padre, te sigues considerando uno con los pobres y necesitados de este planeta.

En las Sagradas Escrituras, tanto en los libros sapienciales, proféticos y anunciadores de la buena noticia del reino de Dios, así como en otros, el asunto de los pobres es altamente sensible para Dios. Ejemplos: Pr.17:5: “El que escarnece al pobre afrenta a su Hacedor; y el que se alegra de la calamidad (del pobre) no quedará sin castigo.” (El paréntesis es del escritor), Pr.19:17: “Al Señor presta el que da al pobre, y el bien que ha hecho, se le volverá a pagar”, Pr. 22: 22-23: “No robes al pobre, porque es pobre, ni quebrantes en la puerta al afligido; porque el Señor juzgará la causa de ellos, y despojará el alma de aquellos que los despojaren.”,
Am. 8:4-10: “Oíd esto, los que explotáis a los menesterosos, y arruináis a los pobres de la tierra, diciendo: ¿Cuándo pasará el mes, y venderemos el trigo; y la semana y abriremos los graneros del pan, y achicaremos la medida, y subiremos el precio, y falsearemos con engaño la balanza, para comprar los pobres por dinero, y los necesitados por un par de zapatos, y venderemos los deshechos del trigo? El Señor juró por la gloria de Jacob: No me olvidaré jamás de todas sus obras. ¿No se estremecerá la tierra sobre esto? ¿No llorará todo habitante de ella? Subirá toda, como un río, y crecerá y mermará como el río de Egipto. Acontecerá en aquel día, dice Dios el Señor, que haré que se ponga el sol a mediodía, y cubriré de tinieblas toda la tierra en el día claro. Y cambiaré vuestras fiestas en lloro, y todos vuestros cantares en lamentaciones; y haré poner cilicio sobre todo lomo, y que se rape toda cabeza; y la volveré como en llanto de unigénito, y su postrimería como día amargo.”

También Santiago –Jacobo- en el Nuevo Testamento expresa el sentimiento de Dios ante la explotación de los pobres, 5: 1-6: “¡Vamos ahora, ricos! Llorad y aullad por las miserias que os vendrán. Vuestras riquezas están podridas, y vuestras ropas están comidas de polilla. Vuestro oro y plata están enmohecidos; y su moho testificará contra vosotros, y devorará del todo vuestras carnes como fuego. Habéis acumulado tesoros para los días postreros. He aquí, clama el jornal de los obreros que han cosechado vuestras tierras, el cual por engaño no les ha sido pagado por vosotros; y los clamores de los que habían segado han entrado en los oídos del Señor de los ejércitos. Habéis vivido en deleites sobre la tierra, y sido disolutos; habéis engordado vuestros corazones como en día de matanza. Habéis condenado y dado muerte al justo, y él no os hace resistencia.”

Tu Santo Espíritu señala en las Escrituras el pecado de los ricos al explotar a los pobres o a su idolatría por las r
iquezas, como en el caso del joven rico, que no quiso renunciar a lo que tenía y repartirlo entre los pobres. Por lo cual Tú, con humor sin prepotencia, dijiste que era más fácil que un camello pasara por el ojo de una aguja, que un rico entrara al reino de los cielos, y ante la reacción de tus discípulos por lo dicho, de que entonces quién se
salvaría, también afirmaste que lo que para el hombre era imposible, para Dios todo es posible, Mt.19:23-26. Y como dice el teólogo costarricense estadounidense, Juan Stam, al referirse a tu manera humorística de mencionar al camello , en su blog que aparece en internet en Lupa Protestante de España, que ésta se hace más intensa en el día de ahora, porque como generalmente se ha enseñado que había una puerta estrecha en el muro de la ciudad, por donde los camellos entraban con dificultad, y que a esa puerta te refieres con la expresión “el ojo de la aguja”, resulta que la arqueología o la documentación histórica seria no da testimonio de tal puerta.

Y para no alargar más las citas que tratan el tema de la explotación de los pobres, traemos a cuentas las palabras que el profeta Isaías dijo sobre Ti, y que Tú leíste un sábado a los asistentes que conformaban la sinagoga de Nazaret, en la cual afirmaste que esas palabras se habían cumplido ese día delante de ellos, Lucas 4:18-19: “El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; a predicar el año agradable del Señor.”

La lectura la comenzaste con los pobres, y aunque haya variedad de interpretaciones del pasaje que leíste, no se puede negar que la pobreza quebranta el corazón de quien la padece, y que es necesario pregonar libertad a los que están cautivos de ella, y que ya no estén ciegos con respecto a las causas injustas que la producen, que ya no deben estar más en opresión, y que esta liberación es la predicación del año agradable del Señor. O sea que hay un tiempo, donde ya no hay lugar para la esclavitud económica, social y política, en este caso expresado como año del jubileo, en el que debe anunciarse la liberación de los pobres, lo que implica que debemos conocer tu tiempo, y leer sus signos en y desde la realidad de los desposeídos, y tener claridad si lo que otros les ofrecen, desde su tiempo religioso y político, tiene señales de tu reino.

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