LaJornada. Edición del 18 de Mayo de 2009.
Ginebra. Una combinación de urgencias sanitarias e intereses comerciales relacionados con la actual epidemia de gripe A/H1N1 dominarán desde este lunes las sesiones de la Asamblea Mundial de la Salud.
Ministros y otros representantes de los países miembros de la Organización Mundial de la Salud (OMS) discutirán la real magnitud de la epidemia, el acierto de las políticas adoptadas para contener la expansión y la perspectiva de que los países pobres tengan fácil acceso a antivirales apropiados y a eventuales vacunas.
El tono de los debates será áspero, según adelantaron declaraciones previas de delegados de países en desarrollo. Fuentes cercanas a la OMS reconocieron que esperan críticas por la reacción de la institución, considerada a veces exagerada, desde la aparición del brote hace alrededor de un mes en América del Norte.
Algunos países vendrán probablemente a protestar, comenzando por México que ha soportado pérdidas financieras elevadas a causa del estigma que le endilgaron por haber reconocido los primeros casos, dijeron las fuentes.
Expertos de la OMS aconsejaban a los ministros de los países en desarrollo que encabecen sus delegaciones para intervenir en los debates, divulgar las políticas que aplican y conocer las prevenciones que emplean otras naciones.
Puede esperarse que, al cabo de una semana de sesiones, la Asamblea haga un llamado a la moderación y que aconseje tomar las cosas muy en serio, pero sin pánico, que no se exagere, arriesgó la fuente.
Entre esos especialistas se resaltaba la interpretación del científico español Juan Ramón Laporte, quien observó la semana pasada en su país que la OMS ha tomado esta crisis sanitaria «como una oportunidad para recuperar liderazgo y visibilidad». Y eso funciona a la perfección porque el mundo está pendiente de la organización, agregó.
Sin embargo, esa política puede también ser contraproducente pues, si mañana un grupo de científicos independientes dictamina que no había razón para tanta alarma ni tal gravedad, eso desmerecerá la credibilidad de la OMS, arguyó.
Los expertos que critican las supuestas exageraciones sobre la epidemia y comparan el fenómeno con la gripe normal o estacional, que se agudiza en los inviernos de cada hemisferio.
En Estados Unidos, la gripe estacional causa unas 30 mil muertes por año, lo que equivaldría a unas mil 800 defunciones en un período de unas tres semanas que es aproximadamente lo que lleva la actual epidemia. Pero en ese lapso, el virus A/H1N1 apenas ha sido responsable de cuatro muertes en ese país, dijeron.
De esos datos se extrae la conclusión de que se trata de una enfermedad, es cierto, pero bastante benigna y con poco riesgo de muerte, como se verifica en Europa, que cada año tiene 22 mil decesos por la gripe estacional y hasta ahora no registra ninguno por el nuevo virus.
Se exagera también cuando se subraya en exceso el giro pernicioso que puede adoptar el virus en el caso muy probable de su mutación. Pero también puede ocurrir lo opuesto, que la cepa cambie para desaparecer o simplemente para estabilizarse, apuntaron los expertos.
De todos modos, ante una realidad potencialmente peligrosa y desconocida se aconseja recurrir a «toda la prevención posible», aclararon. La realidad de cada país definirá los alcances del concepto de «toda la prevención posible».
En ese terreno, los 11 países de la oficina regional de la OMS para Asia sudoriental, conocida por las siglas en inglés Searo, criticaron que la nueva A/H1N1, como la institución llama al nuevo virus, «no se hubiera expandido tan ampliamente» si la red mundial de vigilancia de la gripe hubiera sido realmente eficaz.
Desde hace dos años venimos reclamando la revisión del sistema de vigilancia de la gripe, señalaron Bangladesh, Bhutan, Corea del Norte, India, Indonesia, Maldivas, Myanmar, Nepal, Sri Lanka, Tailandia y Timor Oriental.
Las quejas de estos 11 países se escucharon este fin de semana durante la Reunión Intergubernamental sobre Preparación para una Gripe Pandémica: intercambio de virus gripales y acceso a las vacunas y otros beneficios.
En esa reunión, que proseguirá durante la asamblea, se debaten los efectos del lucro de las empresas farmacéuticas y médicas en el acceso seguro de los países pobres a antivirales y eventuales vacunas en condiciones económicas asequibles.
Los intereses comerciales de las firmas que fabrican estos medicamentos o una posible vacuna son gigantescos, previno a IPS una fuente allegada a la OMS.
El grupo de Searo y la mayoría del resto de países en desarrollo sostienen que las medidas de respuesta a la actual epidemia «no son justas ni transparentes».
Hasta ahora, la OMS no ha apoyado ni recomendado que los países con capacidad productiva comiencen a fabricar su propio abastecimiento de genéricos antivirales, cuestionó Searo.
Todos los países industrializados han firmado acuerdos con los laboratorios para asegurarse que obtendrán las primeras remesas de la producción de vacunas contra la epidémica, dejando a los países en desarrollo librados a su suerte, denunciaron.
Las naciones en desarrollo propugnan la adopción de un Acuerdo Modelo de Transferencia de Material que regule el traspaso de muestras de los virus, observó Sangeeta Shashikant, investigadora de la oficina en Ginebra de la Red del Tercer Mundo, una organización de la sociedad civil con sede en Malasia.
Otra fuente cercana a la OMS recordó que cuando la gripe aviar (H5N1) se expandió por Asia a partir de 1997 y alcanzó picos de infección en Indonesia con 140 casos de contagio en humanos, y en otros países, Yakarta había entregado en forma gratuita muestras del virus a los Centros Colaboradores de la OMS, entidades independientes, públicas y privadas, que diseminadas en todo el mundo prestan apoyo a la institución internacional.
Esas muestras llegaron a manos de fabricas de medicamentos de Estados Unidos, que luego venden sus fármacos contra la gripe aviar a la misma Indonesia, afirmó la fuente.
En esos traspasos, la OMS ha desempeñado un papel ambiguo, más inclinada a favor de los intereses de Estados Unidos y en general de los países del Norte, precisó.
Por ese motivo, los países en desarrollo demandan en el grupo intergubernamental la adopción del acuerdo modelo sobre intercambio de virus, acceso a vacunas y otros beneficios, expuso Shashikant.
La presidenta del grupo, la australiana Jane Halton, claramente desequilibra los debates en favor de las naciones industrializadas, indicó la fuente.
Por su parte, Shashikant estimó que los países industrializados pueden llegar a desconocer el acuerdo modelo porque «simplemente no quieren avances en este tema». Ellos no aceptan la imposición de ninguna clase de obligaciones a sus fabricantes para compartir la propiedad intelectual y los demás beneficios, que son los aspectos tecnológicos y de conocimiento, insistió.