ID 7d. Escuela Sábatica. Lección 4.

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“A vosotros solamente he conocido de todas las familias de la tierra; por tanto visitaré contra vosotros todas vuestras maldades”

(Amós 3:2).

Lectura:

Amós 3:1-8.

Objetivo:

Mostrar que el ser pueblo de Dios no es sólo un privilegio sino una misión.

Sumario del tema:

Indudablemente Israel era el pueblo elegido de Dios. Disfrutó de cuidado, protección, acompañamiento, provisión, amor, liberación, gracia y perdón; esto lo llevó al punto de considerar que era juzgado con otra medida pues, al fin de cuentas, era el “especial tesoro” de Dios.

Pero no quiso ver que la elección trae consigo la responsabilidad de ser modelo, para las demás naciones, en la búsqueda de Dios. Por esto, la obediencia y la fidelidad eran las respuestas que debía ofrecer el pueblo a todo lo que Dios hacía por ellos. Pero se dejó arrastrar por la tentación del poder al pensar que las bendiciones eran sólo privilegios, una carta abierta para conducirse no por la ley de Dios sino por la ley de sus deseos. Por supuesto estamos hablando de las clases dominantes, sin que esto les quite culpa a los pobres que repetían los mismos pecados con quiénes estaban más abajo; pues por muy pobre que uno sea, siempre hay alguien más necesitado.

La elección era una misión. Israel fue elegido para algo y no únicamente para distinguirlo de las otras gentes. Dios no los tiene por “niños consentidos”, les muestra que su conducta tiene consecuencias graves para ellos. Si el pueblo peca, entonces recibe el castigo del Señor y no su complacencia.

Analísis del tema:

A. La elección: una mayor responsabilidad (Amós 3:1-2).

Para los israelitas, el éxodo fue el evento que les mostró que eran el pueblo de Dios, el motivo de su orgullo; pero ahora ese mismo evento sirve de base para llamarlos a juicio. ¿En qué se convirtió su privilegio? (v. 2).
¿Cómo entiende la palabra “conocer”? ¿Cómo “conoció” Dios a Israel? Reflexione en Éxodo 19:1-7 y 24:1-8.
Los israelitas llegaron a pensar que eran el pueblo elegido de Dios, pero, ¿cuál es la posición de Dios? (Amós 3: 2b). El verbo “visitaré” en este pasaje significa: “les haré pagar” por sus maldades. Léalo en otras versiones.
B. El pecado hace que Dios levante profetas (3:3-8).

Amós muestra con figuras tomadas de la naturaleza la conexión entre el pecado y la necesidad de que un profeta hable (vv. 3-6). Explique cómo es que cada ejemplo apoya la idea de que el anuncio profético no es un capricho de Amós.
Si el pueblo está con Dios, ¿cómo es posible que Israel piense que Dios se quedaría callado ante sus pecados? (v. 8). Comente su opinión.
a) Compare 3:2 con 1:2; 3:7,8 para explicar por qué surgen los profetas.
b) Dios no se queda callado, habla a través de personas. Amós ha escuchado ese “bramido” de Dios y actúa en consecuencia (v. 8b). ¿Alguién puede hacer que se calle?
Aplicación del tema:

A. La Iglesia, el “Israel de Dios”, es ahora el pueblo elegido (1 Pedro 2:9). ¿En qué se nota que tomamos en serio esta responsabilidad? (Amós 10).

B. La Iglesia recibe un llamado profético aquí y ahora: buscar la justicia en todo lo que hace. Esto nos lleva a una lucha continua contra las tentaciones del actual sistema: El amor al dinero, el deseo de poder, de prestigio, la tentación de conseguir lo que se quiere, rápido y sin sufrimiento; pero sobre todo, la tentación de sentirse los consentidos de Dios y convertirnos en unos “hijos caprichudos”. Dé ejemplos de cómo se llega a caer en esta situación.

C. La elección nos fuerza a implantar los valores del reino de Dios: Verdad, honestidad, justicia, solidaridad, amor, perdón, sencillez, servicio. Empezando en nuestra persona y siguiendo con nuestra familia, congregación, iglesia y sociedad. Haga un listado de acciones y cambios que considere necesario hacer a la luz de lo estudiado hoy.

D. Cuando la maldad con que se trata a los débiles no es denunciada o castigada, no es que Dios esté callado y sea cómplice con su silencio; lo que realmente pasa es que los profetas no la denunciaron. ¿Qué nos espera con esta situación?

Conclusión:

La elección no es un privilegio, es una mayor responsabilidad: “Mas el que no entendió, e hizo cosas dignas de azotes, será azotado poco: porque a cualquiera que fue dado mucho, mucho será vuelto a demandar de él; y al que encomendaron mucho, más le será pedido” (Lucas 12:48).

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