Gracias a Dios no he tenido que pasar por esto.
“Quisiera compartir uno de los testimonios de a iglesia Emmanuel de San Salvador. Todos los domingos dedican 45 minutos sólo para testimonios, porque esto fortalece la fe de los hermanos. Ese domingo un hermano contó que le habían matado a su hijo, eso ya hacia como dos meses, pero dio su testimonio. Y otra hermana habló de un cateo por la calle donde ella vive, y de cómo le metieron un fusil en sus costillas y mataron a un vecino.
Esa misma semana, un lunes, el Comité de Emergencias de los Bautistas de San Salvador, tres jóvenes con un vehículo de la Convención Bautista andaban en San Salvador recogiendo alimentos por la emergencia (en San Salvador esa actividad es vista como un delito), y los tomaron presos. Es muy difícil que estos jóvenes salgan con vida. Los tres pertenecen a la iglesia Emmanuel, y la madre de Jaime Castro García contó toda esa experiencia. Lo que había dicho el hijo, el por qué tenía que trabajar con el Comité de Alimentos para Emergencia y correr ese riesgo, y como ella recibió del arresto de su hijo. Ella sabía bien que era poco probable que su hijo saliera con vida.
Y ella dijo: hermanos (y tuve que admirar la fortaleza de ella al contar esto, casi con serenidad), la palabra de Dios siempre llega a nuestra situación, y el Señor ha llevado mi meditación constantemente al libro de Daniel donde eran tres muchachos del pueblo que estaban presos, y cuando los enemigos del pueblo de Dios llegaban a ver a los tres muchachos, vieron cuatro, porque otro andaba con ellos, era el Señor. Y dijo: cuando yo pienso en nuestros muchachos bautistas, yo sé que son cuatro porque otro andaba con ellos.”
Segmento de una charla presentada en El Cruceso, Nicaragua, para un encuentro nacional de CEPAD en 1981 y fue publicada en Reflexiones sobre la Paz y Realidad Nacional (Managua: CEPAD, 1981), pp. 68-72. Hemos conversado el estilo convencional del original.
Juan Stam, Haciendo teología en América Latina, V 1, p 211.