Iglesia de Dios (7o día)
Lección 8, 19 de Agosto de 2006
“En aquellos días cayó Ezechías enfermó de muerte, y vino a él Isaías profeta hijo de Amós, y díjole: Jehová dice así: dispón tu casa, porque has de morir, y no vivirás”
(2 Reyes 20:1).
Lectura: 2 Reyes 20:1-11.
Objetivo
Comprender la dinámica emocional por la que atraviesan los enfermos terminales (que pone término a la vida) y su cuidado pastoral.
Enfermedad Terminal es una enfermedad crónica (incurable), progresiva y mortal en su fase crítica. El enfermo terminal se encuentra en los últimos meses o días de vida, creándole una situación de crisis emocional y espiritual, así como a sus familiares. Todos deseamos la mejor atención para nuestros seres queridos cuando ellos están enfermos. Sin embargo, cuando alguien a quien amamos está muriendo, es difícil enfrentar ese proceso solo. ¿Cómo enfrentan las personas la proximidad de su propia muerte? ¿Cuál es el proceso mediante el cual aceptan el hecho de que su vida pronto terminará? La Dra. Elizabeth Kübler-Ross, luego de trabajar con cientos de pacientes terminales, encontró que en la gran mayoría pasan por cinco estadios o fases en la aceptación de la muerte: negación, ira, negociación, depresión y aceptación. Estas fases a veces se pueden manifestar en forma simultánea; o experimentarlas en un orden diferente; o avanzar y retroceder entre las mismas. La mayoría de los pacientes, al verse confrontados con la noticia de su enfermedad terminal, intentan negar esta realidad. Cuando la aceptan, a menudo se sienten terriblemente enfadados y furiosos. Muchos de ellos comienzan una especie de proceso de regateo interior, prometiéndose modificar su conducta a cambio de la recuperación. La depresión aparece, por lo general, en cuanto observan que el proceso no ha dado resultado. Si los pacientes cuentan con el apoyo de los familiares, de la iglesia y de un asesoramiento profesional adecuado, pueden llegar a aceptar su muerte y morir con serenidad. ¿Cómo llenan el vacío causado por la pérdida del ser querido los familiares? Se espera que los dolientes sean valientes, contengan sus lágrimas y continúen su vida común y corriente. Sin embargo, los sentimientos de pérdida se mantienen en lo más profundo de ellos. Necesitan ser expresados y tratados antes de que las personas puedan reorganizar sus vidas. Si no se da la posibilidad de dicha experiencia, a menudo los sobrevivientes tienen dificultades de aceptar la realidad de lo sucedido y son incapaces de curar tal herida en sus vidas.
Pérdida. Se trata del hecho objetivo, el cambio en el estatus del sobreviviente. Pasa, p. ej., de esposos a viudos. Y aun que el estatus no cambie, p. ej., cuando uno de varios hermanos muere, los sobrevivientes se convierten en deudos de la presión de esa persona en sus vidas.
Duelo. Se refiere al comportamiento seguido por una persona o una comunidad, los deudos, después de una muerte.
Aflicción. Esta es la respuesta emocional del deudo, la cual se puede expresar en muy diversas formas, desde un sentimiento de vacío hasta un sentimiento de ira. Atraviesa por tres fases:
La fase inicial, que dura unas semanas después de la muerte. La reacción es de escepticismo y conmoción, ofuscamiento y confusión, con agobiantes sentimientos de tristeza y llanto casi constante.
La fase intermedia comienza aproximadamente a las tres semanas después de la muerte y dura cerca de un año. Se revive al familiar muerto en una búsqueda obsesiva del significado de su muerte.
La fase de recuperación empieza con el segundo año después de la muerte. La persona se da cuenta que la vida debe continuar y que puede volver a ser una persona socialmente activa.
Lo más importante para aliviar el sufrimiento de los enfermos terminales y de sus familiares es hacer que se sientan queridos y comprendidos. Se ha demostrado que las personas que están pasando por la misma experiencia de la muerte o de la pérdida de un ser amado –al compartir el mismo problema- son a menudo las que mejor pueden ayudarse entre sí. Pero es responsabilidad de todos los creyentes ayudar a las personas a vivir sus últimos días con dignidad y que tanto pacientes como familiares reciban, en ese momento crítico, el apoyo personal, práctico y espiritual conveniente para ellos. El tema de la muerte sigue siendo tabú en nuestra sociedad: el desprenderse de este mundo, de los seres queridos al finalizar este “corto” trayecto de la existencia humana; la necesidad de no “esconder la muerte debajo de la alfombra”, y de aceptarla y reconocerla como una parte natural de la existencia humana; y, sobre todo, el vivir sinceramente para morir plenamente.
1. Una enfermedad mortal, ¿qué genera en el enfermo? 2 Reyes 20:1-3. Comente al respecto.
2. ¿Qué ameritan los enfermos terminales?
3. ¿Qué requiere para aceptar adecuadamente la muerte? Comente la disposición que a través del profeta le da Dios al Ezechías. v. 1. ¿Cuáles serán los alcances de la frase: Da las últimas instrucciones?
1. El enfermo:
2. Los familiares:
1. Al enfermo:
2. Los familiares:
Luego de comentar todos los puntos anteriores, lea 2 Corintios 1:3-7 y aplique estas palabras a estas consideraciones pastorales.
Asumimos el compromiso de mejorar la atención en los últimos días de su existencia, con el fin de aumentar la calidad de vida de las personas con enfermedades terminales y sus seres queridos. A la manera de Dios, “El cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquiera angustia, con la consolación con que nosotros somos consolados de Dios” (2 Corintios 1:4).
http://www.iglesia7d.org.mx/EscuelaSabatica.htm
hola soy estudiante del curso acompañante terapeutico estoy preparando mi trabajo final y e elejido,el enfermo oncologico en la etapa misma de la enfermedad asi como en final ,quisiera saber si me pueden facilitar material del mismo me parocio muy interesante su pagina ,desde ya muchas gracias atte claudia